Humberto Kessel: “Mi hijo mayor me acompañó de paje y el pequeño dice que soy mensajero del Rey”
especialista en geriatría en Torrecárdenas, ha interpretado el papel como Rey Baltasar

Humberto Kessel Sardiñas.
Humberto Kessel Sardiñas es doctor de geriatría en Torrecárdenas. Para él supuso una gratísima experiencia cumplir como ‘Mensajero del Rey Baltasar’, como su hijo, de siete años y de su actual mujer, piensa que hizo.
¿Nacido en Cuba?
Nací en Cuba. Por determinadas circunstancias, desde hace 31 años soy ciudadano español.
¿Estudió medicina?
Hice la carrera de medicina en Cuba. Estuve allí, trabajando como médico, cinco años y vine a Madrid a hacer la especialidad.
¿En Cuba pediatra y en España geriatría?
Estuve cuatro años como pediatra, pero buscando la forma de acercarme más a la capital, La Habana, me fijé que no había ningún especialista de geriatría, regresé a la capital trabajando como gerente de una residencia de ancianos. Me fui motivando hasta que empecé a hacer cosas con geriatría. Hasta que salió la plaza para hacer la especialidad en España y me vine.
¿Cómo conoció a la mujer que le trajo a Almería?
Me vine a Almería, porque en Madrid hacía mucho frío. En ese tiempo que termine, año 1989, solo éramos cuatro o cinco geriatras, los que entrábamos en el concurso y el jefe decía: tengo Almería, Madrid, Barcelona... y así se repartía la gente. Entré a trabajar en el Hospital de Cruz Roja. Después de estar un tiempo allí me vine para Torrecárdenas y aquí conocí a Encarnación Amat, mi esposa, que era residente de medicina interna.
¿En Torrecárdenas?
Además de Torrecárdenas, también tenemos en El Ejido, desde hace dos años, la clínica especializada Vitálica, donde tenemos once especialidades, pero fundamentalmente llevamos entre Encarnación y yo. Me siento muy a gusto aquí, porque tengo todo lo que necesitaba. Ahora mismo no sería capaz de moverme de Almería.
¿Especialista en Alzheimer?
El anciano, al revés de lo que la gente se piensa de que es un tratamiento muy frustrante para un médico, no es así y más yo que me dedico fundamentalmente al alzheimer. El anciano da muchísima recompensa y te la da de verdad. No tiene ningún precio cuando un anciano te aprieta fuerte la mano o te da una sonrisa.
¿Necesita vocación?
En medicina, siempre. No sería capaz de estar ante un microscopio. Se necesita estar motivado y en geriatría tiene que gustarle a uno, porque si no puede ser frustrante.
¿Cómo vivió el doctor la jornada del día 5 de enero?
Visitando a los ancianos estaba en mi salsa. De hecho, hay ancianos en la residencia de las Hermanitas que me conocen. Los disfrutaron la visita de los Reyes Magos de otra forma. Primero le rompes su monotonía y le das un tono de vida distinto a la convivencia en un centro cerrado. Fue una experiencia muy bonita. En Torrecárdenas, la visita fue mucho más profunda.
¿El pasado año Rey Mago en El Ejido y este año, Rey Baltasar en Almería?
Efectivamente. En El Ejido fuimos tres médicos. Este año, en Almería, dije también que sí, pero no podía imaginar que era tan duro. La emoción se inicia cuando los Reyes salientes te entregan la corona. Todo comienza temprano y con Paco Cañizares, que es un profesional con una sensibilidad excepcional, así como el equipo del Ayuntamiento. Tengo una hija y dos hijos. Emilio, mi hijo mayor, de 16 años, me acompañó de paje y se emocionó muchísimo.