Almería, en términos económicos, vive instalada cada vez más en la paradoja: cuando más sombrías son las cifras del paro en España, aquí se crea algo de empleo gracias a la campaña agrícola; cuando la burbuja inmobiliaria había explotado en casi todos los rincones del país, aquí seguía reluciendo el ladrillo; cuando los bancos echaban el cierre de sucursales, aquí seguían abriéndose oficinas.

Disparidad A ello se añade la disparidad creciente entre salario y renta: según la última estadística del Ministerio de Hacienda, a través del IRPF, el salario medio anual bruto de los almerienses alcanza los 969 euros es, frente a la media española (1.365 euros al mes) y la andaluza (1.328).
La situación es más triste aún para los asalariados almerienses, si se tiene en cuenta que en 2008, el sueldo medio era de  1.143 euros, es decir 174 euros menos, el 15% menos. Al comparar la soldada urcitana con la de otras provincias, el poder adquisitivo para los almerienses queda más que en entredicho.
Los madrileños, los españoles mejor pagados, disfrutan de un salario medio de 1.906 euros brutos al mes, más de un 60% más que los almerienses. Barcelona también aventaja en más de 608 euros a Almería en sueldos medios. Los almerienses, por tanto, se situán entre los almerienses que menos cobran de España, ocupando el sector lugar por la cola.
Cuando se habla en términos de renta per cápita, los almerienses, aparecen como los andaluces con mejores números, junto a Sevilla, alcanzando más del 80% de la renta media española.
También Almería destca por su contribución relevante del 8,8% al PIB andaluz y en términos netos es la provincia que más aporta a la Balanza Comercial que mide la diferencia entre exportaciones e importaciones.
También es valorable en términos macro y microeconómicos la tasa de actividad laboral en la provincia (residentes en busca de empleo), una de las más altas de España y su densidad empresarial con 40.000 sociedades.
El economista, David Uclés,   analiza la contradicción entre  salario y renta en la provincia y asegura que la explicación más plausible es que “al margen de los rendimientos del trabajo, en la provincia se da una apreciable tasa de rendimientos del capital que hace que la balanza entre ambos conceptos está tan descompensado”.
El secretario general de Economía de la Junta de Andalucía, Gaspar Llanes, entiende que “Almería tiene sus peculiaridades, es una provincia pequeña pero con grandes potencialidades”.
Llanes señala que “fue una provincia donde se acusó mucho la crisis económica porque era la que más estaba creciendo sobre todo en el sector de la construcción”.