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Vecinos recogen firmas para exigir un ‘pipican’ en buenas condiciones

Vecinos recogen firmas para exigir un ‘pipican’ en buenas condiciones

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Poti es un labrador. Tiene tres años y le gusta mucho correr y aún más cuando hay otros perros con los que poder jugar. La pregunta es dónde este animal, al igual que muchos otros, puede disfrutar de un espacio que no le conlleve a su dueño una multa por dejar a su perro suelto.


La puesta en marcha de una patrulla destinada al cumplimiento de la Ordenanza Municipal por Tenencia de Animales (dentro de la ordenanza más general sobre convivencia ciudadana) no es el problema. La gran mayoría de personas que cuentan con animal de compañía consideran muy positivo que se multe a todo aquel que no recoge los excrementos de su perro o que, incluso, lo lleve suelto por el casco urbano,  y justo por eso, para que se pueda cumplir con tal normativa es necesario un espacio donde el perro pueda tener la libertad que necesita para ejercitarse.


Buen lavado de cara
Desde hace unas semanas un grupo de vecinos de Ejido Sur, entre ellos la dueña de Poti, María Isabel, están recogiendo firmas para exigir al Ayuntamiento ejidense un “buen lavado de cara al ‘pipican’ que, instalado junto al recinto del mercadillo semanal y del botellódromo, presenta una imagen de abandono total.


María Isabel cuenta a LA VOZ que “el otro día, solté a Poti entre los solares que hay por nuestra zona, no en el casco urbano, ya que es el único espacio donde puede correr. Se me acercaron dos señores, que estaban en un turismo y que resultaron ser policías locales, para advertirme que debía atar al perro porque estaba prohibido y conllevaba multa. Lo más gracioso es que me indicaron que lo llevara al ‘pipican’ para soltarlo. ¿Es que no lo han visto?. Ahí es imposible estar”.


Cristales y sin vallado
Este espacio, que curiosamente se construyó también a petición de un grupo de dueños de perros hace años, presenta una imagen muy lamentable.


Lleno de cristales por las botellas que los jóvenes arrojan durante las noches del fin de semana al estar el botellódromo justo al lado, vegetación demasiado alta y totalmente abandonada, el vallado de la zona ha desaparecido en algunas partes, iluminación inexistente desde que se fundieron las farolas... y en general una falta de mantenimiento que ha llevado consigo a que el ‘pipican’, que además es muy pequeño para albergar a un grupo numeroso de perros, sea un espacio al que “ni los perros quieren ir ante el mal estado que presenta”.


Aún insistiendo en que es necesario y positivo cumplir con la normativa sobre tenencia de animales, este grupo de vecinos, que va aumentando día a día, solicitarán “en cuanto tengamos un número de firmas razonables” que “igual que nosotros, porque es nuestra obligación, tenemos que cumplir las normas, que la administración nos dote de la infraestructura adecuada donde poder dejar sueltos a nuestros perros sin que conlleve peligro para nadie”, explica María Isabel mientras pasea a Poti con su correa a la espera de una solución.


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