El de Vícar es, junto con Garrucha, el otro ayuntamiento almerienses que ha visto rechazado el plan de ajuste elaborado conforme al Real Decreto de enero de este año por el que el Gobierno de Rajoy planteaba una solución para el pago de las facturas que  los ayuntamientos tienen pendientes con proveedores.

No obstante, según ha asegurado la teniente de alcalde de Vícar, Luz María Fernández, el plan se va a ejecutar tal y como está planteado porque desde el Equipo de gobierno se sigue pensando que es el adecuado para la situación en al que se encuentra el ayuntamiento.

En el caso de Vícar, la deuda ronda los 10 millones de euros, una cantidad que “está dentro de los márgenes razonables”, según ha asegurado en declaraciones a la Cadena SER el alcalde, Antonio Bonilla (PSOE).

Costes razonables

En cuanto a las razones por las que el plan de ajuste ha sido rechazado son, según Bonilla, “que los servicios municipales se ofrecen en Vícar mediante gestión pública y, al parecer, según los criterios del Ministerio, no se ajustan a los parámetros que tienen establecidos”.

Apesar de este revés, el alcalde dice que se reafirma “en la gestión pública de los servicios municipales de Vícar puesto que nuestros costes son razonables y entran dentro de los parámetros normales”. Bonilla, que asume la situación, si pone de manifiesto el hecho de que el Ministerios haya echado para atrás el plan de Vícar cuya deuda “está por debajo de la de Níjar o Adra, municipios de características similares a la nuestra”.

Sobre las consecuencias del rechazo del plan, Fernández aclara que no hay opción a recurso y, el alcalde, por si parte, asegura que “no habrá ninguna intervención de las cuentas municipales por parte del Ministerio”.

Según ha explicado Antonio Bonilla, lo que ocurre es que el Gobierno garantiza el cobro de las facturas pendientes a los proveedores con los fondos que la Administración central transfiere a los municipios.