El plan de partido que Rubi tenía no salió. Racing de Santander y Deportivo de A Coruña le abrían las puertas de Primera al Almería: ya van dos veces. Al equipo le falta personalidad para dar el paso definitivo que le coloque en ascenso directo. El entrenador lo justifica todo y no levanta la voz y el equipo se le cae de forma peligrosa. Tocaba su pico competitivo en Leganés y desde entonces no para de caer. No se sostiene que con todo a su favor el Almería firme uno de sus peores partidos y lo vuelva a retratar un entrenador experto, Luis Miguel Ramis, con antes lo hiciera Jon Pérez Bolo con el Huesca. Para ser campeón hay que ponerle mucho más.

Era el partido de su vida para Aridane después de poner todo de su parte el club para rescatarlo. Se dieron todos los pasos y como mandaba la necesidad se tiraba de él para que saliera al rescate. Era el partido de su confirmación. El momento de tapar bocas con una actuación estelar. No pudo ser. Fallaba en el primer gol del Burgos y regalaba un penalti infantil demostrando que está muy lejos de aquel futbolista por el que bebía sus vientos el Almería. Rubi, sabía que era un partido de puerta grande o enfermería, y Aridane recibía una tremenda cornada de la que ya no se va a recuperar.

Lejos de taparlo con Baba y aportarle experiencia, le puso a Pedro Fidel a su lado. El más joven de la plantilla para un partido grande. Eran pareja en la Copa del Rey y no les daba. LaLiga pide mucho más y en ese día grande de Aridane van sus compañeros y echan un borrón firmando el peor partido de la temporada. Agarrotados o tiesos en lo físico: Rubi sabrá. Que le pregunten al técnico. El caso es que Aridane salía retratado y nadie hizo nada por evitarlo, porque hasta los cambios condenaban a un triste final. Ha perdido el tren y su etapa rojiblanca toca a su fin.

¿Qué hizo desde que llegó en verano?

Muy lejos del Aridane de toda la vida. Y más lejos sus compañeros a la hora de ayudarle y arroparle tras dos graves errores que costaron el partido. El estado de forma del jugador es preocupante. Lejos del jugador que conoce toda España cuando se veía exigido en la marca, no llegaba. A los cruces iba muy justo de fuerzas y, Pedro Fidel que era su pareja, estuvo más entonado. La pregunta es clara en el sentido de no entenderse por qué está tan lejos de su mejor nivel. Vale que solo haya jugado en la Copa pero al menos que esté físicamente mejor. Una pena, era el partido de su vida.

El Almería puso todo de su parte y el jugador también, pero salía retratado en el partido para lo malo, y si a esto unimos el pésimo partido del equipo a nivel global: ha fallado en su intento de recuperarse para la causa y abre la caja de los truenos. Su etapa de rojiblanco va a quedar relegada a un simple protagonismo cuando haya bajas: por extrema necesidad, como en el partido frente al Burgos. El futbolista lo intentaba como buen profesional pero no le salió nada. Físicamente no está.

No ha correspondido al club con su perdón

La afición esperaba que fuera el hombre del partido y lo fue: para mal. El jugador afrontaba a sus 36 años un partido muy especial. El que le devolviera las buenas sensaciones por el fútbol. El club daba un paso al frente y el jugador otro. Faltaba la confirmación en el campo. Hacer el partido de su vida o cumplir el guion exigido por las bajas en la plantilla. Seguro que lo intentaba, pero no ha podido devolver al club y a sus compañeros todo el apoyo recibido. Lo malo es que igual no se da otra oportunidad como la vivida ante el Burgos. Fin de ciclo.

La afición estuvo maravillosa con el canario

Los seguidores del Almería vuelven a estar por encima de sus futbolistas y le arroparon desde el calentamiento. Aridane, lo tenía en sus botas, tapar las bocas de aquellos que le criticaron. Saltaba al campo dispuesto a ello, pero el fallo en el primer gol del Burgos le condenaba y el penalti de la segunda mitad era el remate final para una afición que asistía a un mal partido del canario, sin que sus compañeros pusieran de su parte para tapar su borrón en el partido. El peor Almería de la temporada agudizaba las carencias del canario que estaba lejos de lo que fue. No puede tener queja de los seguidores del Almería, y muchas de sus compañeros, que no taparon con una victoria sus graves errores. El triunfo le hubiese dado la vida a Aridane, fallos incluidos.

Rubi lo debió arropar y lo mandaba a las fieras

Si el entrenador conocía el estado de forma del jugador debió ponerlo junto a uno de los veteranos en la zaga para mitigar los errores y le puso al más joven para multiplicarlos. El Aridane de hoy no está para competir ni en Segunda División, por mucho que diga Rubi en la sala de prensa. Muy lejos de su verdadero nivel, si el técnico catalán lo sabía, debió armar otra defensa diferente para que no se vieran las costuras del canario. Lo defendía en la sala de prensa cuando en realidad lo mandó a las fieras sabiendo que no está a día de hoy para sostener a su equipo.