Todos los que alguna vez nos hemos encargado de pinchar música para una fiesta sabemos que hay canciones que tienen el poderoso efecto de reactivar el ánimo danzarín de la concurrencia cuando ésta, por la razón que sea, no llena la pista de baile. Y no falla. Si el ambiente decae, no hay como desempolvar los grandes éxitos de Boney M o Rafaella Carrá para que el personal se lace otra vez al centro de la pista a, como se dice ahora, darlo todo. Este viejo truco es bien conocido por el PSOE, que cuando nota que la militancia se les está distrayendo sacan de su fondo de armario argumental los grandes éxitos del comediscos progre y suben el volumen a ver si así vuelven a mover el esqueleto. ¿He dicho esqueleto? Qué bien traído, oyes. Resulta que el remedio que quiere poner el PSOE para seguir siendo el referente nacional de la izquierda es desenterrar a Franco. Sí, otra vez. De nuevo el PSOE vuelva a intentar crear debate nacional agitando el fantasma de un dictador muerto hace más de 40 años. Por el momento están hablando de desentierro y entrega a los familiares, sin descartar que algún majadero sugiera que una vez fuera de la fosa sus despojos sean sometidos a juicio, tal como sucedió hace muchos años en Roma con el cadáver desenterrado el Papa Formoso I. Pero no nos desviemos. Igual que cuando suena el “Ra-Ra-Rasputín” o el “Explota-Explótamelo”, los díyeis del PSOE intentan reactivar la fiesta con un repaso a los grandes éxitos de cuando antes, porque contra Franco se bailaba mejor. Y anda que no es gracioso que los que más estén haciendo por mantener viva la memoria del desaparecido dictador no sea la Fundación que lleva su nombre, sino los que se tienen por sus más acérrimos enemigos. Y oído al parche, que como la pista no parece muy animada, debe faltar poco para que comience a sonar otra vez “Te mato por el Concordato”, que eso es para un buen progre como los grandes éxitos de Camilo Sesto a la barra libre de una boda llena de puretas nostálgicos. Vivir así es morir de amor.