El Grupo Ecologista Mediterráneo

Los contenciosos protagonizados por el GEM constituyen una radiografía del historial ambiental

Hermelindo Castro
07:00 • 18 oct. 2021

El movimiento ecologista español nace en los años 70 del pasado siglo con dos miradas contrapuestas aunque complementarias : un ecologismo promovido por científicos y naturalistas con el objetivo primordial de protección de la biodiversidad y de los ecosistemas y un ecologismo, de base  social y política, focalizado a denunciar la mala calidad de vida de los ciudadanos que emigraron masivamente desde el campo a las ciudades dormitorio en esas décadas del desarrollismo español.   La cumbre de Naciones Unidas sobre el medio Humano celebrada en Estocolmo en 1972 y el informe del Club de Roma sobre los límites del crecimiento (1972) consolidan el respaldo internacional al progreso del movimiento ecologista. La Sociedad española de Ornitología (SEO) y la Asociación Española para la Ordenación del Territorio y el Medio Ambiente (AEORMA) encarnan la esencia de ambas tendencias.  



El movimiento ecologista andaluz  se caracterizó en los años 70 y primeros 80 por su elevada atomización con numerosos grupos locales con pocos afiliados vinculados a la problemática ambiental de determinados espacios concretos. La Agencia Andaluza de Medio Ambiente creada en 1985 fue pionera en España de la unidad de gestión ambiental y significó un impulso decisivo para el movimiento ecologista andaluz al que se invitó a seleccionar y proponer los espacios provinciales que debían ser protegidos.



El Grupo Ecologista Mediterráneo se  crea, a principio de los años setenta, en Águilas, promovido por   Pedro Costa Morata en su lucha contra la programada  central nuclear de Cabo Cope y su puesta de largo almeriense se concreta en Pulpí en 1978 con la entrada de los hermanos Guirao Cabrera, Pepe y Beatriz y otros jóvenes del Levante almeriense. Dirigido en varios periodos de su trayectoria por el profesor José Rivera, la clave del éxito del GEM se ha cimentado en su capacidad de trabajo y en el rigor técnico-jurídico a la hora de abordar y analizar los problemas ambientales. Esta “cultura de empresa” ecologista se ha basado en mantener una relación siempre crítica pero constructiva con las administraciones públicas durante las fases de análisis de alternativas para la solución de los contenciosos. El segundo vértice de su actuación ha sido mantener una buena conexión con la ciudadanía de la que es buena prueba la convocatoria anual de las Menciones Duna y Carbon.   La tercera dimensión de su actividad  ha sido la coordinación con el resto del movimiento ecologista, en sus diferentes escalas, cuando la gravedad de los acontecimientos ha exigido una gran movilización social.



Entre los momentos clave de la intrahistoria del GEM hay que recordar en el año 1979 la defensa del Paraje de Punta Entinas-Sabinar amenazado urbanísticamente por los ayuntamientos de Roquetas y el Ejido y degradado ecologicamente por la destrucción de sus dunas ante la demanda brutal de arena para la agricultura intensiva. La intervención de Pedro Costa y de Jose Rivera consiguió su inclusión en el Catálogo de Espacios protegibles de la Junta y su posterior protección jurídica definitiva como Paraje natural y Reserva Integral en la ley 2/89. Otro episodio épico del Gem fué  la batalla ganada contra la construcción de la carretera litoral y consiguiente urbanización  de la costa de Níjar que habría supuesto la destrucción del actual parque natural de Cabo de Gata-Nijar. También contribuyó a rechazar, con su oposición frontal, el Plan Bahía de las Dunas promovido por la Diputación provincial a mediados de los ochenta  y tuvo un gran protagonismo en la propuesta de creación de la Red de Espacios Protegidos de Almería, y muy especialmente en la declaración del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, a finales de la misma década. La secuencia de los contenciosos protagonizados por el GEM constituye una radiografía del historial ambiental de nuestra provincia :  lucha contra la erosión y la desertificación,  protección de la biodiversidad y de la diversidad domesticada,  rechazo al empleo de pesticidas en la agricultura,  protección de la isla de alboran y de las formaciones de coral en su entorno marino,  denuncias  de sobrexplotación de los acuíferos y de ocupación urbanística del litoral, promoción de las energias renovables etc. La defensa por parte del GEM del patrimonio arquitectónico e histórico y de un modelo de planificación integral del territorio se puede constatar en las actas de la Comisión Provincial de Urbanismo. El seguimiento del GEM sobre los impactos generados por la  actividad industrial  se focalizó, durante años, en el triangulo Endesa-Hisalba-Deretil. El GEM demostró su gran capacidad de convocatoria coordinando a ONGs,  instituciones y empresas  en la ejemplar organización del histórico Encuentro Medioambiental Almeriense de 1998. 



Los conflictos ambientales protagonizados por el GEM revelan los dos ejes tradicionales que configuran su actividad: la dimensión conservacionista y la componente urbano-industrial. Las áreas en las que se estructura la actividad del GEM a comienzos del siglo XXI lo confirman : ordenación del territorio, recursos naturales y energías renovables, biodiversidad y participación ciudadana. Sus Menciones Duna y Carbón constituyen el lugar de encuentro anual para la vanguardia de la sociedad almeriense preocupada por el medio ambiente.







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