Miki Fornés, el Hércules más sabio surca el Mediterráneo

El central mallorquín navega de nuevo en las filas de Unicaja Costa de Almería

Fornés.
Fornés. La Voz
Unicaja Almería
13:11 • 26 jun. 2020

Pocos jugadores en el mundo saben tanto de voleibol como este gigante, por altura y por humanidad, venido al mundo hace 26 años en la bella Palma de Mallorca. Nací en el Mediterráneo, canta Serrat, y muchos de los versos que componen la popular canción del catalán sirven para definir a un tipo que puede presumir de ser querido allí por donde ha pasado. Almería es uno de ellos, dos veces, juvenil y senior, y en las dos ocasiones consiguiendo sumar éxito personal y título en su gran palmarés: “Guardo muy buenos recuerdos de las dos etapas, no solo por ganar el Campeonato de España Juvenil y la SVM, que lo hace todo más bonito, sino por todos los buenos compañeros de los que estaba rodeado, así como por la experiencia que gané en esos dos años”. Ficha de nuevo como ahorrador, con determinación para afrontar su tercera etapa en un club que siempre lo ha admirado.




Miquel Àngel Fonés, de 202 centímetros de altura, uno de los centrales más listos en el juego, hercúleo por su físico imponente y su coraje pegado a la red, pero a su vez todo un ‘jugón’, no olvida: “Recuerdo con ilusión saber que Unicaja se interesó por mí a los 16 años, en mi primer año de la Concentración Permanente de Palencia, y hablando de cantera, me parece fundamental que los grandes clubes piensen en los más jóvenes, para que sigan con la tradición del voleibol”. Ese trato de siempre recibido y el entorno le han llamado a enfundarse otra vez un color que le sienta de maravilla: “La verdad es que el club ha hecho muy fácil para mí una situación difícil por culpa de la COVID-19, desde un principio me gustó mucho su propuesta, tanto deportiva como personal; no siempre se tiene la oportunidad de poder trabajar bien y a la vez estar a gusto en una ciudad como Almería”.




Es este un aspecto que resulta clave para él: “Primero de todo, vuelvo a una ciudad en la que fui muy feliz, y guardo muy buenos recuerdos del club y de la afición, así que por mi parte voy a hacer todo lo posible para que en esta temporada podamos seguir disfrutando de este deporte que tanto nos gusta”. Sigue siendo el mismo Miki que paseaba por sus calles, pero en la pista puede aportar todo lo que ha aprendido: “Por lo general, soy una persona bastante tranquila, creo que eso no ha cambiado desde entonces, pero estoy muy agradecido de la experiencia ganada estos últimos cinco años en los diferentes clubes de Europa en los que he jugado”. Y además, se siente muy bien rodeado: “Me parece que el club ha hecho un muy buen trabajo con los diferentes fichajes y las renovaciones; tenemos una plantilla muy completa, y a falta de juntarnos, creo que podremos competir muy bien”.




En su particular ‘rivalidad’ por un puesto, se le van a situar en ambos flancos las dos torres gemelas de la liga: “Me parece una oportunidad muy buena el poder trabajar con Jean y Alejandro, ya que no siempre se puede entrenar con centrales de 2,10 a tu lado, así que espero estar a la altura -risas-”. Vigil ya ha dicho en alguna ocasión que Fornés es su jugador nacional favorito, y con el palmesano se completa casi un sexteto titular de la Selección Española, pero él valora como principal el compromiso de no dejar de avanzar jamás: “Principalmente yo pienso en seguir creciendo como jugador esta temporada para poder ayudar en todo lo que pueda al equipo, y si es con victorias y títulos, mejor, que es a lo que aspiramos todos los deportistas”. Esta será su octava temporada en la élite, y de las que ha disputado hasta ahora en su carrera, solo en dos no ha conseguido algún entorchado, sin contar esta última, que se ha visto cancelada, además de una plata histórica en el Mundial Juvenil de 2011, al lado de Vigil, en Argentina, tras ganar a Cuba y llegar a la final ante Serbia.




Conocedor perfectamente de Europa y los campeonatos de la CEV, Miki Fornés no duda en remarcarlo, “disputar cualquiera de las competiciones europeas enriquece tanto al jugador como al club”, y eso le lleva a pensar que “es fundamental que haya al menos un representante español en Europa”, para concluir con un deseo rotundo: “Esta temporada sería increíble para mí poder jugar Champions con Unicaja Costa de Almería”. Seguramente no pensaba en ello cuando era infantil y comenzaba en esto del vóley, en la pista de su colegio, porque su padre se lo sugirió como un buen modo de practicar deporte. Después siguió en el instituto, en el Bendinat, pero se le daba tan bien y tenía tan buenas condiciones, que Palencia lo acogió con 16 años, y a Unicaja ya le llamó la atención. Fue juvenil aquí, debutó en profesionales en la A1 de Italia, en el Pallavolo Molfetta, regresó a Almería para pasar a Francia por vez primera, la Narbonne, triunfó acto seguido en bélgica, en el Knack Roeselare, dos temporadas, volvió a España, Teruel, y ahora procede del Tourcoing Lille Métropole francés. Unicaja tendrá el privilegio, como Roeselare, de que repita dos años.




Su forma de ser ha hecho que le saque todo el jugo posible a su carrera: “Algo de lo que estoy muy orgulloso es de haber conocido a gente de todo el mundo y ciudades increíbles que quizá sin el voleibol no habría conocido nunca”. Sí, un sabio, de la pista y de la vida, y Almería como una de esas ciudades, “tranquila, buen clima, a un paso de bonitas playas, cercanía de la gente y, por supuesto, las tapas”. Ya en breve se instalará tras el confinamiento: “Como a todos, extraño adaptarse a rutina en casa, pero dentro de lo que cabe no lo he pasado mal, con la suerte de pasarlo en Mallorca”. En breve empieza lo bueno, sin pausa, pero sin prisa, por ese orden: “Soy optimista, pero creo que hay que avanzar poco a poco y siendo cautos, ya que entiendo que va a costar que todo vuelva a la normalidad, pero si se quiere que sea cuanto antes, cada uno de nosotros tenemos que poner nuestro granito de arena”.





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