La Compañía de María celebra los 75 años de la canonización de su fundadora

El colegio desarrolla esta semana actividades en recuerdo a Santa Juana de Lestonnac

Estudiantes frente a un mosaico de Santa Juana de Lestonnac en el colegio Compañía de María.
Estudiantes frente a un mosaico de Santa Juana de Lestonnac en el colegio Compañía de María. La Voz
Evaristo Martínez
20:48 • 12 may. 2024

Fue lo que hoy consideramos una mujer adelantada a su tiempo, aunque según la teóloga Cristina Inogés Sanz realmente fue una mujer de su tiempo. De padre católico y madre calvinista, Juana de Lestonnac fue esposa, madre, viuda y monja, escuchando en cada momento las llamadas que su realidad, la Francia del siglo XVI inmersa en la Guerra de los Treinta Años, le hacía. En 1607, a los 51 años de edad, fundó en Burdeos, su ciudad natal, el primer colegio de la Compañía de María, centro dedicado a enseñar y educar a niñas sin recursos. A su muerte, en 1640, ya había dejado creados treinta.



A lo largo de esta semana, la Compañía de María de Almería desarrolla distintas actividades en recuerdo de la figura de Santa Juana de Lestonnac con motivo del aniversario de su canonización. Aunque en esta ocasión será muy especial: se cumplen 75 años desde que Pío XII declaró santa, un 15 de mayo de 1949, a la religiosa francesa, beatificada en 1900 por el papa León XIII.



De este modo, el colegio de la capital organiza para la comunidad educativa una misa, juegos, competiciones deportivas y un almuerzo solidario (lo recaudado irá íntegro para FISC, Fundación Internacional de Solidaridad Compañía de María).



Entrega a una idea

Según Inogés Sanz, la primera laica en participar en un sínodo de obispos, Juana de Lestonnac, una mujer “que escucha al Espíritu porque está dispuesta a escuchar”, tiene la “certeza” de estar ante una misión vital.



Desde el colegio almeriense subrayan la entrega de Santa Juana a la promoción de la mujer. “La mujer debe salvar a la mujer”, defendía la religiosa en un tiempo en el que la sociedad las relegaba a un segundo plano. Y lo hizo por dos vías. Desde el ámbito educativo (“es de sobra conocida la discriminación que la mujer sufría en ese tiempo y que sigue sufriendo hoy en tantas situaciones y lugares del mundo”, apuntan) y hacia el interior de la propia Iglesia: en aquella época no se contemplaba vida religiosa femenina más allá de la clausura, pero Santa Juana demostró, fundando la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, que otros caminos eran posibles.



En Almería, la Compañía se instaló en el año 1885 y desde entonces ha apostado por una “visión humanista cristiana”, ayudando al crecimiento de generaciones de mujeres, niños, niñas y jóvenes. 





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