El barrio con más estudiantes de Almería se queda sin ocio nocturno

Baja su persiana de forma indefinida el bar de copas referente de los Erasmus desde 2018

Imagen de archivo de un establecimiento frecuentado por Erasmus.
Imagen de archivo de un establecimiento frecuentado por Erasmus. La Voz
Francisco G. Luque
19:59 • 08 abr. 2024

Por su privilegiada ubicación frente al mar es una de las zonas más cotizadas por los estudiantes universitarios, sobre todo por los cientos de Erasmus que llegan cada curso académico a la capital almeriense desde diferentes países. En las calles de este castizo barrio almeriense hay una amplia oferta de bares de tapas, supermercados e infinidad de comercios de todo tipo, destacando que además está muy bien comunicado en autobús con el campus y el centro de la ciudad. Sin embargo, en los últimos años se ha ido convirtiendo en un páramo en lo que a ocio nocturno se refiere



Desde calle La Marina hasta la Avenida del Mediterráneo y desde Juglar de Medinaceli hasta el Paseo Marítimo, históricas 'fronteras' de El Zapillo, solamente existen actualmente dos negocios hosteleros en los que un residente de este barrio puede tomarse una copa pasadas las doce de la noche: 'Santa Clara' y 'Coyote'. El primero está ubicado frente al mar y en invierno pierde fuelle en horario nocturno, puesto que está más enfocado al tardeo, mientras que el segundo no cumple el perfil que suelen demandar los jóvenes universitarios, que buscan lugares con precios algo más asequibles y otro tipo de ambiente.



Cierra, hasta nuevo aviso, un local referente



Desde el año 2018, estos jóvenes becados procedentes de naciones como Italia, Polonia, Grecia, Reino Unido e incluso México, tenían su punto de encuentro más cercano en 'Fun Corner', un bar que abrió sus puertas en calle Luis Braille con la idea de convertirse en el lugar referente de ocio y cultura de los Erasmus de Almería. Y lo logró. Sin embargo, desde hace un mes su persiana está bajada de forma indefinida. Y es que un conflicto con un vecino, cuyas denuncias provocaron que el equipo de sonido de este local esté precintado desde hace un año, ha provocado que este negocio esté al borde del cierre definitivo, envuelto en tediosos procesos burocráticos pese a tener todo en regla y tras invertir varios miles de euros en insonorización.



Esta situación es un alivio para el denunciante, pero para los jóvenes emprendedores almerienses que lo gestionan y para el gremio de la hostelería es "preocupante", puesto que generaba empleos directos, dinamizaba la economía local y apostaba por la integración y la multiculturalidad con actividades relacionadas con el intercambio de idiomas. Su cierre, por el momento temporal, es una clara prueba de lo complicado que se torna en ciudades como en Almería mantener a flote negocios de ocio nocturno, pese a cumplir con la normativa vigente, en lugares considerados de ambiente residencial.



'Fun Corner' era tanto para los universitarios como para muchos de los residentes autóctonos de la zona, el último reducto del barrio en el que se podía tomar una cerveza a la una de la madrugada, en un ambiente alternativo en el que quedar con los amigos cerca de casa, sin necesidad de desplazarse al centro de la ciudad para brindar, bailar o jugar una partida de dardos. Los partidos de fútbol, sobre todo los de 'Champions', se vivían de una forma distinta y siempre respetuosa gracias a la alta presencia de estudiantes extranjeros, que rozan el millar cada curso. 



Alternativas



El Zapillo, uno de los barrios más extensos de Almería y con más población, destacando la presencia del mayor porcentaje de estudiantes de la UAL de toda la capital, se queda sin ocio nocturno. Los lugares más cercanos que están abiertos diariamente hasta mínimo las 2:00 horas de la madrugada son el Café-barbería New Cave, en Carretera Sierra Alhamilla (El Tagarete); Pub Soda y El Perro Viejo, en calle Argentinita (Vega de Acá). Sin embargo, el tardeo en el Paseo Marítimo sigue en auge en lugares como el citado Santa Clara o el popular Café París


La carencia de estos 'pubs de barrio', que suelen poner precios populares para atraer a una clientela de perfil estudiantil, fomenta que muchos universitarios opten por quedar en pisos particulares para hacer botellón incluso entre semana, lo que también provoca numerosos conflictos con en el vecindario en cuestión por ruidos. Los Erasmus también optan por hacer quedadas en la playa, pese a estar prohibida esta actividad.  


La crisis, la pandemia y la siempre delicada convivencia con los vecinos, que defienden lícitamente su derecho al descanso, han ido reduciendo a la mínima expresión en El Zapillo este tipo de negocios que mantienen vivas las noches de un barrio que se queda sin oferta de ocio nocturno tanto en invierno como en verano, cuando recibe a miles de turistas. 


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