Llega a Almería el personal shopper inmobiliario: la nueva moda para encontrar casa a medida
Mirmar Homes es el fruto de una necesidad: la del asesoramiento personalizado de quien busca una vivienda en la que sentirse como en casa

Lola Miralles, fundadora de Mirmar Homes y arquitecta almeriense.
Cuando llega el momento de comprar una casa, todo un maremagnum de requisitos con los que has soñado desde niño forman una lista que parece prácticamente imposible de cumplir: en primera línea de playa, que se encuentre en el barrio de tu infancia, que sea un primero, o que tenga orientación norte son algunas de las peticiones más comunes, si bien no las únicas. Al final, el encontrar un lugar que se adapte al presupuesto y al que te veas llamando hogar en un futuro se convierte, en la mayoría de casos, en un motivo de estrés y agobio.
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La desprotección de los compradores en el campo de batalla de la vivienda y ese sentimiento de frustración que muchas veces aparece a la hora de adquirir una vivienda es lo que ha aupado en muchas partes del mundo, especialmente en Estados Unidos o Reino Unido, a la figura del ‘personal shopper’ inmobiliario, un oficio que empieza a despuntar también en nuestro país y, en concreto, en Almería.

Mirmar Homes no está pensado para ser un servicio de lujo, sino un oficio que responde a una necesidad.
Mirmar Homes
“Yo tenía compañeros y conocidos que se me acercaban a la hora de comprar un solar o una vivienda y me preguntaban: qué tal ves esto o lo otro. Los encontraba muy perdidos; me di cuenta de que estaban completamente solos en el proceso”. Quien habla es Lola Miralles, una arquitecta almeriense con más de tres décadas de experiencia en arquitectura residencial y patrimonial dentro del ámbito andaluz y extremeño.
"El nuestro no es un servicio de lujo, es un servicio que pretende responder a una necesidad"
Ese pensamiento fue tomando forma cuando descubrió la existencia de un modelo que encajaba perfectamente con lo que llevaba tiempo pensando: el acompañamiento exclusivo al comprador: “Descubrí la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI) y dije: ¡Esto! ¡Esto es justo lo que pienso que necesita la gente!”, relata Miralles, quien, desde hace un año y dos meses es fundadora de Mirmar Homes, un estudio de arquitectura que también ofrece un servicio especializado de Personal Shopper Inmobiliario (PSI).
Una necesidad creada por el propio mercado
El actual dinamismo del mercado ha contribuido a que este perfil profesional empiece a ganar protagonismo: “Hay muchas oportunidades, pero también muchos problemas ocultos”, advierte la arquitecta. En este escenario el PSI actúa como filtro y acompañante durante todo el proceso de compra.
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“Nosotros comprobamos que todas las características que muestra el vendedor de la casa son ciertas: si tiene los metros cuadrados que dice que tiene, si tiene algún problema estructural, todas las cuestiones legales... Lo tenemos todo en cuenta y luego, una vez escogida la casa, negociamos el precio final”, relata.
Cada cliente es un mundo, y así lo señala ella: “Antes de cada servicio entrevistamos al cliente en profundidad, porque a veces nos vienen con requisitos que para ellos son indispensables y a nosotros ni se nos habría ocurrido. Algunos nos piden que no tengan a nadie viviendo encima. Les da igual abajo o al lado, pero no arriba”, ejemplifica.
Una de las claves del modelo es su independencia. A diferencia de la inmobiliaria, que trabaja para el vendedor, el PSI defiende solo los intereses del comprador. “La inmobiliaria defiende al vendedor, pero el comprador, que es quien pone todo el dinero, no suele tener a nadie que evite que caiga en una estafa”, concluye.

Imagen de archivo de una vivienda con vistas al mar.
El personal shopper en cifras
Según Lola Miralles, Mirmar Homes ha tenido una gran acogida en la provincia. Aproximadamente un 50 % de la demanda corresponde a primera vivienda, un 30 % a segunda y en torno a un 20 % a inversión. También interesante y significativo que la mayoría de las operaciones, 85 %, se realizan en vivienda de segunda mano, frente a un 15 % de obra nueva.
“En todos los casos, se trata de compradores que no buscan chollos ni decisiones rápidas, sino entender bien qué compran y tener cierta seguridad en la compra”, explica la almeriense, entusiasmada por el proyecto que, con tanto acierto, decidió emprender hace ya un año.
El suyo es un proceso lento y seguro, que se suele extender una media de tres meses: “Queremos que tome la mejor decisión, por eso no nos gusta la prisa”.