¿Por qué perdió España?
Las claves del desastre

España se estrelló ante Croacia.
La derrota frente a Croacia (2-1) fue muy dura, no solo por enviar a España a la parte más complicada del cuadro, sino también porque se dio ante un rival que había prescindido de cinco de sus titulares, entre ellos Luka Modric, su mejor jugador. Por el contrario, España salió con el once fijo, que Del Bosque por sorpresa utilizó por tercera vez consecutiva. El objetivo era asegurar la primera plaza, pero para los suplentes el mensaje no fue bueno. Si Del Bosque introduce cambios con Italia, algunos de los titulares quedará señalados. Sin ser una debacle, sí es un toque de atención:
Errores impropios
Aunque hilvanó juego de altura en la primera media hora, incluida la jugada de gol de Morata, desde las primeras acciones se vio a España un tanto insegura en la salida del balón. Una mala entrega de Sergio Ramos que acabó en remate de Kalinic y la pifia de De Gea dejándose robar el balón previamente al lanzamiento al larguero de Rakitic evidenciaron esa inseguridad en el pase que hasta ahora España no había mostrado.
Poca agudeza
Con el gol a favor, España tuvo fases en las que rebajó su agudeza con el balón. Las circulaciones dejaron de ser afiladas e incurrió en pérdidas que permitieron crecer a los croatas. Todo ello generó la sensación de que no controlaba el partido por completo, algo que sí sucedió ante la República Checa y Turquía en las dos primeras jornadas de grupo.
El penalti
Sergio Ramos no es un especialista en el lanzamiento de penaltis, por mucho que haya marcado alguno decisivo, aunque también los ha fallado. Cesc era el primer lanzador e Iniesta y Silva tienen más calidad para ejecutar esos lanzamientos. A Ramos le pudo su afán por jerarquizarse más de lo que ya está.
Inocentes
El gol de Perisic descubrió a un equipo inocente. España no supo manejar los últimos minutos del partido. De repente se tragó una contra con mucho campo por recorrer hacia atrás sin apenas jugadores que defender la carrera de Perisic. Le faltó cuajo para mantenerse fría y no arriesgar tanto.