La reacción, tras encajar el 0-1, lo más positivo
Con la entrada de Soriano el equipo mejoró; la salida de Fran Vélez lo perjudicó
Se pueden poner peros a la bondad del juego ofrecido por el Almería ante el Alcorcón, el grado de acierto de sus futbolistas tanto a nivel individual como colectivo o su capacidad para poner broche de oro a sus acciones ofensivas. Pero lo que no admite discusión es que todos y cada uno de los jugadores que Goro puso en escena se dejaron el alma en pos de lograr que los tres puntos se quedaran en casa.
Reacción
No es nada fácil que un equipo que está con el agua al cuello, en las últimas posiciones de la tabla y peleando como gato panza arriba para no caer en el pozo de la Segunda B, tenga la capacidad de reacción que tuvo el Almería tras ver como su rival, que hasta ese momento le había superado en todo, se ponía por delante en el marcador gracias a un gol ilegal que tuvo su origen en un claro fuera de juego, no de unos centímetros, sino de más de un metro.
Y el Almería, comenzó a parecer Pozo, hasta ese momento prácticamente desaparecido, Juan Ramírez aumentó sus prestaciones ofensivas, el centro del campo se asentó, puso fin al humillante dominio del partido del Alcorcón, empató con un gol legal y pudo dar la vuelta al marcador con un disparo de Quique González que un defensa desvió.
La salida de Soriano por Cuéllar en el inicio de la segunda mitad fue como agua bendita para los almerienses que ofrecieron sus mejores minutos de juego condimentados con una mayor capacidad y remate.
Desgraciadamente para los intereses del Almería el máximo grado de acierto que supuso dar entrada al capitán no se vio prolongado con los cambios siguientes. En particular la salida de Fran Vélez y el retrasar la posición de Soriano, perjudicó al equipo.