Joseph Blatter seguirá como presidente de la FIFA cuatro años más tras haber sido reelegido por quinta vez esta tarde en el 65º Congreso celebrado en Zúrich (Suiza). Pese a los últimos escándalos de corrupción y a que su rival, el Príncipe jordano Ali Bin Al Hussein, habñia cogiado fuerza, el mandamás del fútbol mundial ganó en las elecciones celebradas este viernes tras la retirada al final de su único contrincante. "Prometo dejarle una FIFA mejor a mi sucesor", prometió tras concoer su victoria.

Lo que antes de la denuncia parecía un paseo militar no lo fue tanto. Blatter no logró la mayoría de dos tercios en la primera vuelta de las elecciones a la presidencia de la FIFA y hubo de procederse a una segunda. El actual presidente obtuvo 133 votos por 70 de Ali bin Hussein. Hubo tres votos nulos. El ganador necesitaba dos tercios en la primera votación o mayoría simple en una segunda vuelta. Ali, a la vista que su derrota era inevitable, retiró su candidatura antes de esa segunda vuelta.

La votación para elegir presidente de la FIFA fue simple: voto directo y secreto. Esto último era importante, porque Blatter, que comparecía como favorito indiscutible, perdió apoyos. Tenían derecho a voto 209 federaciones (África, 54; UEFA, 53; Asia, 46; CONCACAF, 35; Oceanía, 11 y CONMEBOL, 10).

Fue elegido por primera vez el 8 de junio de 1998 sucediendo a Joao Havelange. Cuarenta años de edad separan a Blatter (79 años), valorado por muchos por su experiencia y madurez, del príncipe Ali, en quien otros miembros -principalmente occidentales- veían una oportunidad de cambio por el espíritu reformista que ha mostrado. En los últimos días hubo federaciones que dijeron públicamente que cambiarían su voto tras la detención de siete directivos de la FIFA por supuestos negocios truculentos y por haber podido, supuestamente, amañar el resultado de la votación del pasado 2 de diciembre de 2010 en la que se eligieron las sedes de los mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.

Sin embargo, la mayoría que apoya la gestión de Blatter sigue siendo importante. Ni siquiera las últimas declaraciones y movimientos de Michael Platini, presidente de UEFA, han hecho posible que las elecciones a la presidencia dieran un vuelco histórico. Las presiones de EEUU, Reino Unido y Alemania, entre otras potencias, no han sido suficientes para que cambiara un resultado esperado.