(2-1): España toca el cielo de Europa tras ganar la final
Oyarzabal se convierte en el héroe de Berlín al hacer el gol de la final

La celebración.
España se convierte en el rey de Europa tras ganar su cuarta Eurocopa
—la selección que más ha levantado— gracias a los goles de Nico
Williams y Oyarzabal.
La Inglaterra de Gareth Southgate llegó a
Berlín sin convencer. Ni Bellingham, ni Kane, ni Foden, salvo algún que
otro destello, eran los mismos que en sus respectivos clubes. Pero ahí
estaban, en otra final. Eso sí, la idea era la de siempre, la misma que
en octavos, cuartos y semis: esperar abajo a tener una gran ocasión para
marcar las diferencias. El balón fue para España, que de primeras tuvo
una combinación de Nico Williams con Rodri que la frenó la potencia de
Kyle Walker. Quebradero de cabeza para Nico en los primeros minutos. Lo
volvió a intentar el del Athletic con una bicicleta y un zurdazo que
taponó Stones, pero los de Luis de la Fuente se acercaban tímidamente,
como con el remate a la remanguillé de Le Normand que no llegó a ver la
portería de Pickford.
El
intento inglés llegó por su banda derecha con una arrancada de Walker
que quedó en nada gracias a la labor de Laporte. El respeto era mutuo
por parte de las dos selecciones y España, que volvía a contar con su
defensa titular tras la sanción de Carvajal contra Francia, también
replegaban a la perfección. El juego lento ponía el partido, como pasó
durante toda la Eurocopa, donde los británicos mejor se desenvuelven.
Salvo por un suave lanzamiento de Fabián y un 1 contra 1 que Morata no
resolvió, la ocasión más clara de la primera mitad fue de Foden que se
encontró un balón, peinado por Kane, en el segundo palo. Su chut
mientras caía lo paró Unai Simón.
Una jugada nació tras una
desconexión de Carvajal en defensa —la única— que Bellingham robó y
encontró a Harry Kane que disparó desde fuera del área con la mala
fortuna que el bloqueo de Rodri propició un feo choque con Le Normand.
Todos se fijaron en la rodilla del francés nacionalizado español que
hizo un mal gesto, pero el perjudicado fue el pivote del City que se
resintió de los isquios y no pudo seguir tras el descanso. Zubimendi le
sustituyó en el descanso. Un grave disgusto, se iba al banco el mejor
jugador de la Selección, que se olvidó a los pocos segundos de la
segunda mitad.
La gran conexión de los extremos españoles, que se
ha ido forjando durante toda la Eurocopa, tenía que ser la que
adelantase a España en la final. Lamine Yamal encontró a Nico Williams y
éste cruzó con la zurda un gol que retumbó en Berlín. Celebración de
los dos cumpleañeros
que le siguió el vendaval español. Olmo, Morata y Nico pudieron hacer
el 2-0. El del Leipzig no acertó a hacer el tanto que le convertiría en
pichichi, el 7 de España cruzó demasiado ante Pickford y Nico
lamió el poste con un derechazo desde la media luna. El extremo de 17
años tuvo otra que obligó al guardameta del Everton a lucirse. Controló
mal el español, pero Shaw, que bajaba rápido a defender se lo comió, lo
que le sirvió a Lamine para probar su zurda de oro aunque no batió al
inglés.
Pero España perdonó y Southgate movió ficha. El capitán
Kane fue sustituido por el héroe Watkins (autor del gol que les metió en
la final) y también entró Cole Palmer, enemigo público de la Selección
que ya marcó —y nos celebró en la cara— el gol que nos quitó el europeo
sub-21 hace un año. Fue precisamente él quien empató el duelo. Cucurella
no llegó a cubrir a Saka que asistió a Bellingham y este cedió la bola a
Palmer que con su zurda, y un leve toque de Zubimendi, puso el 1-1. En
vez de ir a dar la estocada tras poner las tablas, Inglaterra empezó a
pensar en una prórroga que no iba a llegar, porque Cucurella,
redimíendose de su anterior error, se adentró por la banda izquierda
para asistir a Oyarzabal el tanto que iba a valer una Eurocopa. El de la
Real estuvo más listo que Pickford y se adelantó para meter una
punterita que no olvidará nunca. Como tampoco olvidarán los ingleses la
doble ocasión con la que pudieron volver a empatar: Rice y Saka
cabecearon dos ocasiones que primero Unai paró y después Dani Olmo sacó
en la línea. Dos destellos que valieron casi como otro gol.