Si no se le suben los humos  y mantiene su actitud en el futuro está llamado a ser uno delos grades del arbitraje español, con permiso de los que deciden que no siempre eligen a los mejores, sino a los amigos o a los que están de moda. Se habla mucho de que los árbitros son humanos y tienen que equivocarse. Alberola también lo es, cometió algunos errores, los lógicos, pero emana un fluido de gran árbitro que le hace imponer su autoridad sin que se note su presencia y con sólo 3 tarjetas.
Pudo haber un penalti por entrada por detrás a Puertas, cuando se disponía a disparar en el punto de penalti, pero la acción no era clara.
El error de la tarde no se le puede imputar a Alberola Rojas, sino a uno de sus asistentes que señaló fuera de juego de Nano, inexistente por un metro, cuando el defensor rojiblanco encaraba completamente solo al meta visitante. El año que viene debe ser árbitro de Primera.