Una de las soluciones para suplir la baja de Morcillo era haber pasado a Ximo Navarro al centro y hacer debutar a Isidoro en el lateral diestro. Otra posibilidad, tan natural como la de la vuelta de Trujillo, era haber dado otra oportunidad a Álex Quintanilla. Ni una cosa ni la otra, lo que deja en el aire la continuidad de ambos jugadores en la plantilla en el próximo mes de enero. Está claro que no cuentan para el técnico y tener jugadores en estas condiciones no parece ni rentable ni conveniente.

Dos de los grandes beneficiados por la acumulación de bajas, aunque no salieron de inicio, fueron Miguel ángel Corona y Juanjo. El capitán tardó unos minutos en tomar el tono al partido, pero cuando lo logró supo aplicar el criterio del que había carecido el Almería en la salida de balón.
Por su parte Juanjo en los cuarenta minutos que estuvo en el campo, sustituyendo a Antonio Puertas, fue una auténtica pesadilla para los centrales rojillos, que perdieron seguridad. Ganó muchos balones por alto, plantó cara a los marcadores centrales y estuvo en todas las acciones de ataque. Además su presencia le dio más protagonismo a Quique, que tuvo más espacios para moverse.
No supuso ninguna mejora para el juego del equipo la entrada del extremo Iago Díaz por Fidel en el último cuarto del partido. Desperdició una buena oportunidad.