Del “yo lo he metido todo porque creo que es una oportunidad para dejar el contador a cero” del alcalde de Níjar, Antonio Jesús Rodríguez, al “no nos vamos a acoger al plan del gobierno porque eso significaría que Rajoy gobierne el ayuntamiento durante 10 años” del alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo, hay un abanico de opiniones y, por supuesto, de cifras.

Y es que el pasado jueves terminó el plazo dado por el Gobierno para que los ayuntamientos presentaran ante el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas las facturas pendientes con proveedores a 31 de diciembre de 20011, como paso necesario para acogerse al mecanismo de crédito aprobado por el Ejecutivo para saldar estas deudas.

Muchas de las cantidades facilitadas a LA VOZ por los alcaldes son cifras redondas y, en algunos casos, aunque han presentado al Ministerio de Hacienda las facturas, no van a acogerse al plan, ya que disponen de medios para hacer frente a ellas. Entre estos ayuntamientos están Huércal de Almería, Laroya, Ohanes, Somontín, Velefique o Albanchez.

No hacerlos públicos

Otros, sin embargo, han preferido no dar los datos hasta que los presenten ante sus corporaciones, como es el caso de Cuevas y Berja, o Adra y Lúcar, que simplemente no los han facilitado. También se ha dado el caso de alcaldes que han confirmado el envío de facturas pero que han sido incapaces de recordar la cantidad.

No cabe duda de que este plan de pago será un alivio para los proveedores, pero para algunos más que para otros y no solo por las cantidades que se les adeuda, sino por el tiempo que llevan esperando. Así, por ejemplo, Carboneras ha pasado una factura fechada en 1996 y Vélez Rubio otra de 1999.

Un caso curioso es el de Velefique, que solo ha presentado una factura por 700 euros de un proveedor que apareció justo tres días antes de que se acabase el plazo.

Durante toda la mañana de ayer los ayuntamientos recibieron numerosas llamadas de proveedores interesándose por si sus facturas habían sido de las enviadas a Madrid.

Las empresas de limpieza y compañías eléctricas son, en muchos casos, como el de Roquetas y Albox, las que suman la mayor deuda. En otros, como Benizalón, su deuda se debe al pago de cubas de agua. Otros muchos han asegurado que parte de la deuda que han presentado corresponden a subvenciones de la Junta que aún no han cobrado, como, por ejemplo, Canjáyar que “de los 521.259, 452.000 son deuda de la Junta”, asegura su alcalde, Francisco Alonso.

Pero no todos son morosos y hay muchos ayuntamientos, sobre todo los pequeños, que no tienen deuda pendiente de años anteriores con sus proveedores y pueden presumir de pagar las facturas en los plazos adecuados.

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