La víctima acompañó a los invitados hasta el salón de la vivienda. Los dos jóvenes cameruneses sacaron ceremoniales de sus mochilas dos pares de guantes de látex y un bote de un líquido desconocido, tóxico en el contacto con la piel pero de propiedades milagrosas diluido en unos pocos litros de agua. El milagro de duplicar fajos enteros de billetes de euros. El milagro de una estafa redonda.

La mujer, una pequeña empresaria residente en El Ejido, había conocido a los timadores a finales del mes de septiembre en el negocio que regenta. Alex K. y Guy A. N. buscaban oportunidades de negocio en el Poniente almeriense con ciudadanos interesados en ganar dinero rápido. Necesitaban, en cierto modo, inversores.

La oferta era suculenta. Con un sofisticado método de impresión de papel, destintado y lavado, eran capaces de duplicar con total precisión los billetes. Se confesaban expertos en grandes sumas de dinero, pero una muestra con 50 euros era suficiente para acreditar la veracidad. Como un juego de trileros, el joven sacó un billete de curso legal, lo impregnó con el producto químico y lo frotó contra una cartulina. ‘Nacieron’ dos billetes de 50 euros. Un éxito.

La empresaria picó. Se citaron en una vivienda de El Ejido y comenzaron el ritual. El salón, las mochilas, el líquido milagroso y los guantes de látex. La mujer sacó los 20.000 euros de un dormitorio. Alex K. y Guy A. N. repartieron los billetes según su valor y luego comenzaron colocar unas misteriosas cartulinas negras del mismo tamaño. Los fajos quedaron convertidos en un bloques compactos y cubiertos de plástico. Ahora el líquido.

El cambiazo

Y se produjo el cambiazo. Los jóvenes pidieron a la mujer un barreño para verter el agua y el producto químico. Mientras la víctima buscaba el utensilio, los timadores cambiaron los paquetes y los ocultaron en sus mochilas, dejando sobre la mesa paquetes idénticos.

Con la confianza del sistema utilizado, metieron los fajos en el recipiente y lo cubrieron con la disolución. Luego taparon el barreño con una bombona. Debía reposar toda la noche. Cogieron la mochila y desaparecieron.
La situación esperpéntica de una barreño lleno de paquetes de cartulinas negras bajo una bombona de butano levantó las sospechas de la mujer. Su hijo, un adolescente, entró en Internet y se topó con una larga nómina de noticias sobre el timo conocido como wash-wash (literalmente lavar-lavar), muy extendido entre mafias nigerianas y camerunesas.

La familia alertó a la Policía Nacional de El Ejido. A la mañana siguiente, cuando Guy A. N. se presentó de nuevo en la vivienda con la intención de cobrar otros 5.000 euros por sobrecostes en los líquidos usados, los agentes de la Policía Judicial le echaron el guante. Corría la mañana del 29 de septiembre de 2013.

El caso continúa vivo en los tribunales. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Dos de El Ejido citó a declarar ayer a Alex K. como imputado por un presunto delito de estafa y continúa la investigación del timo.
Un informe de la Policía Nacional, al que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA, relata todo el mecanismo utilizado por los supuestos delincuentes, la captación de la mujer en El Ejido y la habilidad para convencerla de la veracidad del negocio, un chollo. Los agentes consideran el timo como una variación del wash-wash donde se destinta dinero negro (en los dos sentidos) con una solución de acetileno.

El negocio está en “convencer a la víctima de la rentabilidad del sistema y ven