Este jueves representa un día histórico para toda la provincia de Almería, en concreto, en el casco histórico de la capital. La jornada de hoy ha arrancado pronto esta mañana en el cementerio de San José en donde se han exhumado los restos de los 22 liberales fusilados en el contexto de la España absolutista del siglo XIX, intentaron levantarse contra el absolutismo de Fernando VII y a favor de la Constitución de Cádiz de 1812.

A continuación, se ha iniciado después del traslado hasta la Plaza de la Constitución en coche fúnebre escoltados por la Policía Local. Todo ello se ha producido bajo la atenta mirada de los representantes de la Asociación del Bicentenario y su presidenta, y descubridora del nicho en el que se encontraban, Carmen Ravassa, y bajo la dirección del Dr. Francisco Etxeberría, encargado de analizar y datar los restos.

'Los Coloraos', el grito liberal ahogado en la Plaza Vieja

Almería, 24 de agosto de 1824. Una veintena de hombres desembarcan en la costa de Carboneras con un objetivo tan ambicioso como arriesgado: devolver a España la libertad perdida tras el regreso de Fernando VII y la abolición de la Constitución de Cádiz de 1812. 

Su líder era Jorge Bessières, militar liberal francés que había combatido en España. Eran militares y civiles, en su mayoría exiliados en Gibraltar, que traían consigo un ideal y un símbolo: camisas rojas que pronto les darían un nombre inmortal, 'los Coloraos', emblema que buscaba identificarlos como liberales.

"Libertad o Muerte" era lema de estos hombres. El plan era extender la llama del liberalismo por Andalucía Oriental. Pero la meta resultó corta. Apenas avanzaron unos kilómetros antes de ser cercados por tropas realistas. Capturados y trasladados a la capital, 22 de ellos fueron ejecutados en la Plaza Vieja de Almería el 24 de agosto de 1824. 

Su fusilamiento los convirtió en leyenda

Su sacrificio no fue en vano. Con el paso del tiempo, aquellos mártires se convirtieron en referencia de la lucha contra el absolutismo. En la misma plaza donde cayeron, se erigió más tarde un monumento conocido popularmente como el Pingurucho de los Coloraos, símbolo de la memoria colectiva de la ciudad.

Durante décadas, recordar a los Coloraos fue un acto casi clandestino. Sin embargo, con el avance del liberalismo y la posterior llegada del constitucionalismo, su figura fue rehabilitada: en 1837 se erigió en la Plaza Vieja el Pingurucho de 'Los Coloraos', un obelisco en su honor. 

El monumento fue destruido y reconstruido en varias ocasiones a lo largo de la historia (por ejemplo, derribado durante la dictadura de Primo de Rivera y durante el franquismo, cuando se consideraba subversivo). Finalmente, en 1988, el Pingurucho fue reinstalado y hoy se mantiene como símbolo de la ciudad.

Cada año, Almería recuerda a estos hombres que, con más ilusión que posibilidades, soñaron con un país diferente. Su fracaso inmediato se transformó en semilla: el ideal constitucional y liberal seguiría germinando hasta imponerse décadas después.