La Voz de Almeria

Almería

El libro de las miradas del corazón

Florencia Romero necesitaba expresar sus sentimientos tras una ruptura amorosa, y lo ha hecho

Florencia Romero llegó a Almería en el año 2010 empujada por el amor y aquí se ha quedado a vivir con su hijo.

Florencia Romero llegó a Almería en el año 2010 empujada por el amor y aquí se ha quedado a vivir con su hijo.La Voz

Eduardo de Vicente
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Es un libro de desahogo, de sentimientos truncados que andaban por dentro, rondando por los pasillos del corazón. Es un libro de pequeños detalles donde una mujer va expresando sus recuerdos, sus vivencias, sus miedos y sus esperanzas después de una ruptura sentimental.


Todos buscamos una mano amiga tras una derrota, alguien en quien apoyarnos para hacer menos dura esa travesía del desierto. Ella, Florencia Romero, ha escogido las palabras y ha preferido sacar a pasear todos sus fantasmas interiores y airearlos para compartirlos con  la gente. “No tenía a nadie cerca a quien contarle lo que sentía: incertidumbre, preguntas sin respuestas, dolor, y lo hice escribiendo cada uno de mis sentimientos”, asegura.


El libro está escrito a fuerza de instantes, a solas con su teléfono móvil. Cada vez que necesitaba expresar sus inquietudes convertía el celular en una hoja en blanco y vertía sobre la pantalla todo lo que le iba dictando el corazón. El libro se gestó con el dedo pulgar de la mano derecha golpeando el teclado de manera compulsiva. Así un día tras otro. Iba a pasear y terminaba escribiendo; se metía en la cocina a preparar la cena y se quedaba colgada de una frase. Una noche, la del eclipse de luna, Florencia echó a andar por el Paseo Marítimo y en medio de aquel momento mágico, con el cielo completamente a oscuras, le llegó la inspiración  y tuvo que ponerse a escribir todo lo que le iba sucediendo en su interior.


Cuando después de varios meses tenía material suficiente para plasmarlo en un libro, el móvil, con todos sus sentimientos, desapareció sobre la barra del bar donde ella trabajaba. Se lo robaron en un descuido y se llevaron con él medio corazón. “Sentí una gran frustración por el robo, pero a la vez me dio fuerzas para volver a escribirlo y para decidirme a publicarlo. Fue entonces cuando me compré una libreta y empecé otra vez”, me cuenta.


La historia de Florencia Romero empezó en Argentina, donde se enamoró cuando todavía era una niña. Con dieciséis años se quedó embarazada de su hijo y tuvo que hacerse una mujer. Un día, su compañero decidió hacer las maletas y venirse a Almería, la tierra de sus antepasados, y con él su hijo y Florencia.


La vida acabó llevándolos por caminos distintos, pero ella decidió quedarse buscando el bienestar de su hijo, la seguridad y el futuro que tal vez sería más complicado encontrar en su país. Desde entonces ha trabajado en la hostelería y ahora se encuentra buscando de nuevo un empleo.


Mientras tanto, ha conseguido publicar su libro ‘Tus ojos color de sol’, donde nos va contando sus estados de ánimo y donde se deja llevar por la verdad que guardan  las miradas. El libro es un manojo de miradas que le van saliendo del corazón. Es ella en estado puro, sin reservas, sin rencores, sin miedos. Se podría decir que su historia es hija del desamor, pero cargada de optimismo, donde el amor a la vida por vivir se va imponiendo a los recuerdos.


“Creo más en la verdad de una mirada que en el amor. La mirada no miente y establece una conexión mental. De niña yo tenía problemas con mi mirada, que según mi madre era muy potente, y porque tenía la costumbre de mirar de costado, sin girar la cabeza”, explica.


Esa búsqueda permanente de la mirada, le ha permitido saber interpretarla. Dice que las personas hablamos más por los ojos que por la boca y que le puede  llegar a molestar más una mirada que un insulto. “Las miradas pueden estar llenas de energía, de fuerza, de paz, de cariño, de ternura, pero también de odio”, asegura.


En las páginas de su libro no hay malos sentimientos ni tampoco transmiten sufrimiento. Escribirlo le ha servido de terapia y ha sido una forma de crecer por dentro, de conocerse mejor así misma, de hacerse fuerte ante las adversidades y entender que nunca hay que rendirse.


“No viene mal sufrir si sirve de aprendizaje. Yo me sentía sola, pero no lo estaba porque tenía a mi lado la libreta y podía expresar todo que iba sintiendo. Cuando entré en este mundo de las letras por el año 2016, no comprendía que era realmente lo que sucedía, solo escribía. Mi alma me obligaba a dejar en notas todo lo que a la cara jamás diría. Sentía que nadie me comprendía, solo mi libreta y mis notas en el móvil”, explica.


Escribir le ha servido para superar obstáculos y ha sido una experiencia tan rica que ya tiene otra libreta medio llena con las historias que podrían formar parte de un segundo libro. Está convencida de que necesita escribir, que es la mejor manera que tiene de expresar sus sentimientos y de mirar a la vida, aunque tenga que recurrir después a la complicada tarea de la ‘autoedición’.

tracking