Alemania prefiere tomates pequeños pero paga más por los grandes ‘de sabor’

Oportunidad para Almería ante el descenso de las producciones en Holanda

Los holandeses han reducido las hectáreas cultivadas con luz artificial por su alto coste energético
Los holandeses han reducido las hectáreas cultivadas con luz artificial por su alto coste energético La Voz
Antonio Fernández
23:15 • 21 feb. 2023

El mercado alemán se ha abierto un poco más para el tomate almeriense. Es lo que señalaron los analistas de la consultora internacional AMI en un seminario sobre los mercados europeos organizado por la empresa de semillas Enza Zaden recientemente.



Alemania es el mayor destino de las exportaciones almerienses y españolas de tomate fresco y tras el descenso en la producción que ha experimentado el principal competidor, Holanda, se convierte en un objetivo prioritario para las empresas hortofrutícolas de la provincia.



Para los consumidores alemanes el tomate es un producto de gran consumo, básico en la composición de su cesta de la compra y ahora tratan de equilibrar su presencia reforzando las compras. Ahí entran las empresas almerienses que si ya tienen en Alemania su primer mercado europeo, ahora ven la posibilidad de incrementar su cuota.



Preferencias
A la hora de determinar las preferencias de los alemanes, aparecen en primer lugar los tomates de pequeño tamaño, cherry o cherry pera, que acaparan prácticamente la mitad del total de las ventas y generan casi el 65 por ciento de los ingresos.



Sin embargo no son desdeñables los tomates de los calificados ‘de sabor’ o los de formatos más grandes, como el redondo o el pera. Los primeros obtienen además precios que superan con frecuencia los seis euros por kilo y aún disponiendo de una cuota de mercado limitada, generan por encima del 25 por ciento del valor total de las ventas.



A la vista del descenso de las producciones de los agricultores holandeses, que tradicionalmente han dominado el mercado alemán,  los almerienses se aprestan a lanzar una renovada ofensiva para aprovechar esa circunstancia. Según señalaron los expertos de AMI, un dato revelador es que los costes energéticos han obligado a una reducción de las hectáreas de tomate cultivadas con luz artificial en Holanda que, en poco más de una campaña, han pasado de 700 a 150 hectáreas.



Los alemanes miran con celo el origen de las hortalizas y priorizan aquellas de origen ecológico o producidas en entorno sostenibles. De hecho las convencionales han experimentado un descenso en el consumo de los hogares germánicos de cerca de un 10 por ciento, frente a una estabilización de los tomates ecológicos o biológicos.




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