En Ohanes, un pequeño municipio enclavado en la cara norte de la Alpujarra almeriense, la tradición no es solo recuerdo: es celebración viva. Cada 25 de abril, esta localidad de poco más de 500 habitantes se transforma para acoger una de sus fiestas más singulares: la festividad de San Marcos. Cabe destacar que esta tradición acoge cada año a miles de personas que llegan desde todos los rincones de España para presenciar una tradición que hunde sus raíces en más de tres siglos de historia, con un ritual tan emotivo como controvertido: los toros ‘ensogaos’.

Durante tres horas, los toros recorren las calles del pueblo guiados con sogas, encabezando el cortejo que acompaña la imagen del santo. El recorrido se detiene ocho veces, momentos en los que el toro, dirigido por los vecinos más valientes, realiza una simbólica reverencia ante una banderola que representa al patrón. Este el único instante en el que se permite el contacto físico con el animal.

Una celebración que va mucho más allá de lo folclórico, donde se bendicen los campos, se lanzan claveles por la paz desde el campanario y se ofrece, con una reverencia única y ancestral, la nobleza del ganado como símbolo de gratitud por la vida y la cosecha. Durante tres días, este rincón almeriense se transforma en el alma de una tradición centenaria que une fe, identidad y emoción colectiva como pocas en la provincia.

El origen de este gesto se remonta a tiempos antiguos, cuando los agricultores y ganaderos del pueblo ofrecían al santo los animales con los que trabajaban el campo. Era su forma de agradecer las buenas cosechas del año. Hoy, los animales provienen de explotaciones ganaderas externas y, una vez finalizado el recorrido, son devueltos a sus explotaciones de origen. Si alguno muestra signos de agotamiento, se sustituye inmediatamente por otro, con el fin de preservar su bienestar durante toda la procesión.

La alcaldesa de Ohanes, Rafaela Ortega, también presidenta del festejo, subraya que “los toros ensogados forman parte de un festejo taurino popular autorizado dentro de la normativa andaluza”. Según explica, la celebración cuenta con resolución favorable de la Delegación del Gobierno, y su principal cometido como regidora es garantizar la seguridad tanto de los vecinos como de los animales: “Sacar animales a la calle es una tarea compleja.

Requiere un dispositivo de seguridad minucioso. El recorrido está completamente acotado, con rutas alternativas para quienes no desean cruzarse con los toros, puertas de salida bien señalizadas y carteles que advierten de las zonas de mayor peligrosidad. Incluso grabamos el recorrido con drones para tenerlo todo bajo control”.

A lo largo del trayecto, la imagen de San Marcos se gira en varias ocasiones hacia los campos del pueblo, bendiciendo las tierras que alimentan a sus gentes. El momento más emotivo llega con la conocida “lluvia de claveles por la paz”: cientos de flores rojas caen desde el campanario como símbolo de esperanza y reconciliación, mientras los asistentes reciben los tradicionales roscos. Ortega lo resume con sencillez: “Es una fiesta cargada de simbología”.

Programación festiva durante el fin de semana

La programación festiva se extiende durante todo el fin de semana. El viernes, la imagen del patrón recorre las calles acompañada por la charanga Yuhanis, culminando con el lanzamiento de claveles y el reparto de roscos. El sábado se celebra una ofrenda floral, una bueyada infantil y actividades para los más pequeños, como los toros de juguete e hinchables. El domingo, el día grande, comienza con la diana floreada a cargo de la Unión Musical PAO, seguida de la Santa Misa y una nueva procesión con los toros ensogaos, cerrando la jornada con el último lanzamiento de claveles.

La alcaldesa destaca que la fiesta no solo es motivo de orgullo local, sino también un motor económico: “Durante esos días, de los 500 habitantes que somos, pasamos a acoger miles de personas. Nuestros bares no dan abasto, y muchos visitantes acuden también a los pueblos vecinos, dinamizando toda la zona”. Para los vecinos, San Marcos no es solo una festividad; es identidad, es comunidad, es tradición.

Voces críticas de los animalistas

Sin embargo, la celebración también levanta voces críticas. El Partido Animalista PACMA ha reclamado la eliminación de los toros ensogaos, argumentando que esta práctica somete a los animales a niveles inaceptables de estrés. En un comunicado, Eduardo Milla, coordinador provincial de PACMA en Almería, afirmó que “obligar a un toro a arrodillarse ante la imagen de un santo no tiene justificación ni religiosa ni cultural. Es un acto de sufrimiento innecesario que no puede seguir amparándose en la tradición”.

La formación animalista denuncia que este tipo de celebraciones perpetúan prácticas que consideran propias del pasado. “Ninguna tradición puede estar por encima de la ética y el respeto a los seres vivos”, sostiene PACMA, que ha pedido a las autoridades locales que apuesten por alternativas más respetuosas con los animales.

Ante estas críticas, Ortega responde con firmeza, asegurando que lo que más le duele “es que se utilicen imágenes manipuladas para generar polémica”. Defiende que la tradición de los toros ensogaos en Ohanes ha sido siempre la única en toda la provincia de Almería, y que se celebra bajo estrictas condiciones de seguridad y respeto: “Se puede estar más o menos de acuerdo, lo entendemos. Pero pedimos respeto. Aquí se cumple la normativa, se protege a los animales, y quienes se lanzan a los cuernos del toro lo hacen con experiencia. Hay que saber hacerlo”.

Desde el Ayuntamiento ya se trabaja para lograr el reconocimiento de esta festividad como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía. Una declaración que aspira a dar visibilidad y proteger una tradición única que, entre la emoción colectiva y el debate ético, sigue latiendo con fuerza en el corazón de la Alpujarra almeriense.