La ermita almeriense entre olivos centenarios que puedes visitar gratis
Una experiencia que invita a detenerse y respirar con calma

La ermita almeriense entre olivos centenarios a la que puedes entrar gratis.
Lejos del bullicio de la ciudad y envuelta en un mar de olivos centenarios, se esconde una pequeña joya que pocos conocen. Cada fin de semana abre sus puertas de manera gratuita, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de adentrarse en siglos de historia, arte y tradición popular.
Desde el exterior, la construcción parece sencilla, casi humilde, pero basta cruzar el umbral para descubrir un tesoro inesperado: una nave principal adornada con frescos de los Santos Apóstoles, un camerino lleno de detalles y varias dependencias anexas que en su día pudieron ser la vivienda de un ermitaño o la antigua sacristía.
Su entorno, dominado por el verde plateado de los olivos y el rumor del viento entre las ramas, convierte la visita en una experiencia que invita a detenerse y respirar con calma.
La ermita de San Sebastián y San Ildefonso, de estilo mudéjar, se encuentra en el término municipal de Alcolea y fue construida entre 1702 y 1709, muy cerca del antiguo camino que unía Ugíjar con otros pueblos del Andarax.
El paso del tiempo no fue generoso con ella. Durante décadas, el abandono y las inclemencias meteorológicas pusieron en peligro su estructura y sus frescos. No obstante, en 1998, un grupo de vecinos, apoyados por el ayuntamiento, decidió cambiar su suerte. Iniciaron una restauración que no solo buscaba salvar las piedras, sino devolverle al pueblo un espacio vivo, un lugar donde la cultura, el turismo y la memoria pudieran encontrarse.
Hoy, gracias a esas obras, la ermita no solo recupera su papel religioso, sino que también se prepara para albergar exposiciones, actividades culturales y convertirse en una Oficina de Turismo, desde donde se impulse el rico patrimonio de la zona.
Visitar la ermita de San Sebastián y San Ildefonso es, sobre todo, una oportunidad para reconectar con la Almería más profunda, la que late al ritmo de la naturaleza y las tradiciones.
Una escapada perfecta para los fines de semana, en un entorno que invita a desconectar, a caminar entre olivos centenarios y a descubrir que, a veces, los grandes tesoros están mucho más cerca de lo que imaginamos.