Hace apenas unos meses, el poco conocido cardenal almeriense Cristóbal López Romero entraba en algunas de las quinielas como posible 'papable' tras la muerte del Papa Francisco. Su experiencia como misionero y su propia historia personal le convertían en un perfecto representante de esa periferia en la que tanto incidió el pontífice argentino. Entre sus puntos débiles se encontraba el hecho de ser totalmente ajeno a la curia vaticana, ese gigante burocrático con el que más vale estar familiarizado antes de entrar.

Finalmente, el cardenal Prevost fue elegido Papa y gobierna la Iglesia con el nombre de León XIV. Y con su llegada también hay cambios para el cardenal nacido en Vélez-Rubio: entre los primeros nombramientos de León XIV para la enorme maquinaria vaticana se encuentra el nombre de Cristóbal López Romero. 

Fue el día de San Juan, el pasado 24 de junio, cuando el Papa León XIV dio un paso más en el inicio de su pontificado con los primeros ajustes en la estructura del Vaticano. Fue entonces cuando la Santa Sede anunciaba varios nombramientos en el dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el símil de un ministerio en el gobierno de un país, dedicándose en este caso concreto a acompañar y supervisar la vida religiosa en la Iglesia. 

Entre los nuevos miembros incluidos en esa ronda de nombramientos figuraba el cardenal almeriense Cristóbal López Romero, salesiano y arzobispo de Rabat, que trae consigo las vivencias de un salesiano que vive el día a día de la Iglesia en el norte de África.

Además del cardenal almeriense, también han sido nombrados miembros de este dicasterio otros cardenales como Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén (y otro de los 'papables' del último cónclave); Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino; Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre; y Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator (Mongolia), en lo que supone sin duda un reconocimiento a una diminuta comunidad católica en un gigantesco país asiático que ya recibió la visita del Papa Francisco (en un viaje que hoy queda relatado en la última obra de Javier Cercas, 'El loco de Dios en el fin del mundo').

Además, León XIV ha incluido en este dicasterio a obispos de Tanzania, Uzbekistán, México, Sudáfrica y Etiopía, reforzando así la mirada hacia los márgenes que ya planteó el Papa Francisco durante su pontificado.

El cardenal almeriense López Romero

Nacido en mayo de 1952 en Vélez-Rubio, López Romero emigró junto a su familia a los nueve meses de vida a Badalona. Allí empezó su relación con los salesianos. Allí no conoció la luz eléctrica hasta los 10 años.

Con ellos, en Barcelona, se ordenó sacerdote en 1979. A lo largo de su carrera pastoral, ha sido responsable de las comunidades salesianas de Paraguay, Marruecos y Bolivia.

En una entrevista concedida en 2022 al medio El Periódico, el propio López Romero contaba que "gracias a la vida religiosa –a los 12 años entré en el seminario– salí de la periferia, y gracias a la vida religiosa he podido volver a la periferia. Mi opción por los pobres me lleva incluso a ser del Espanyol", bromeaba.

Actualmente es arzobispo de Rabat y, como tal, forma parte de la Iglesia africana. Fue nombrado cardenal por el Papa Francisco y ahora es León XIV quien incluye al almeriense en sus planes de gobierno de la Iglesia.