Conexión vanguardia: Buñuel, Dalí, Duchamp y Ray, de nuevo
La Oficina convierte en un cine la Ermita de San Juan con música de Liborio y Cidrón

Cidrón y Liborio explicando detalles y peculiaridades instrumentales de la composición interpretada. Guadalupe Bascuñana
El ciclo ‘Cine Universal en La Alcazaba’ organizado por La Oficina Producciones Culturales, celebró el pasado viernes su tercera cita, en el escenario elegido para este ciclo, como es la Ermita de San Juan del conjunto histórico.
De forma muy especial, esta entrega abordó el papel de las vanguardias en la historia cultural europea, a través de la proyección de creaciones cinematográficas relacionadas con artistas referentes de los años veinte. El guitarrista y musicólogo Liborio López ha compuesto la banda sonora que sonorizó estas películas de cine mudo, acompañado por el músico Juan Manuel Cidrón.
La trilogía elegida para esta ocasión la integraron ‘Un Chien Andalou’, de Luis Buñuel y Salvador Dalí (1929); ‘Anémic Cinéma’ de Marcel Duchamp (1926) y ‘Les Mystères du Château du Dé’ de Man Ray (1929).
Carlos Vives, coordinador de La Oficina, introdujo esta interesante experiencia, recordando el riesgo asumido por los autores de las tres creaciones, rompiendo con todo el establecido cultural y socialmente en su época y abordando, al mismo tiempo, lenguajes casi recién nacidos como el cinematográfico en el primer tercio del siglo XX.
La conexión intencionada entre las imágenes y los sonidos fue explicada por Liborio López en base también al papel y la aportación de las vanguardias musicales aproximadamente coetáneas. En este sentido, López comentó las características formales de la música atonal y dodecafónica, así como de la electroacústica. Precisamente, una de las referencias destacables en la trayectoria creativa de Juan Manuel Cidrón, quien resumió en una sola frase el argumento de fondo de esta propuesta: “viajar al pasado para viajar al futuro”.
Surrealismo
Esta tercera sesión de ‘Cine Universal en La Alcazaba’ mostró como la música y a la creatividad sonora pueden llegar a “explicar” discursos marcadamente influidos por el surrealismo y por las influencias de los textos freudianos, a través de la exploración poética y formal de la imagen en movimiento. Incluso, llegar a acercarse a una imaginaria recreación de los tres títulos incluidos en la experiencia.
Quizás por esta especie de reinterpretación, la sólida y sugerente composición musical interpretada por Liborio y Cidrón invitó a encontrar nuevos caminos dentro de esta tres películas , las cuales han sido objeto de incontables análisis.
El público, que agotó las localidades de este espacio tan especial, pudo vivir la experiencia de contemplar el cine mudo con música en directo como sucedía en el viejo cinematógrafo. Solo, que con un papel bien distinto asociado a la música. Las vanguardias no dejan de serlo por mucho tiempo que pase.
De forma paralela a los objetivos específicos de este ciclo, en relación con la historia del cine y su vinculación con la música, La Oficina defiende en esta propuesta la utilización de espacios históricos como la Alcazaba para desarrollar iniciativas culturales comprometidas.