Los niños de los 60 debutábamos en el Estadio de La Falange con nuestros padres para ver y animar al Almería. Solo había un campo viejo desde que se estrenó, por el color negro de su tierra de talquín y ese viento de Levante que azotaba de costado. Para nuestros padres el fútbol se veía lejos por las pistas de atletismo y para los niños era pura libertad poder moverse por un recinto tan grande y amplio. Llamaban la atención esas porterías con el larguero vencido por el peso y un palo detrás para colocarlo después de los partidos, y los hierros negros que sostenían la red. El color de las porterías teóricamente era blanco con la base en negro para facilitar la visión a los jueces de línea. Descoloridas y viejas allí estaban las dos: una por donde saltaban al campo los futbolistas y la otra por donde se accedía a Preferencia y Fondos.

Aquellas porterías de La Falange se jubilaron por obra y gracia de don Antonio Franco Navarro que siendo presidente el Almería hizo un nuevo campo de fútbol confortable y con la posibilidad de darle la mano a los futbolistas por la proximidad. Hasta tenía césped y se vio en el por vez primera al Real Madrid y al Barça en partido oficial. Si en La Falange se decía que la portería del marcador de la ‘Casita Aspes’ era más alta que la otra, lo del nuevo campo inaugurado en 1976 pasó a la historia por la portería de Membrives, que nadie sabe el por qué, allí se marcaban más goles y se ubicaba justo encima un marcador con bombillas de la Caja Rural: hoy Cajamar. Lo de los goles en la portería de Membrives llegaba a condicionar el sorteo de campos porque apostaba el Almería por acabar los partidos atacando en ella.

La de la 'Casita Aspes'

Para los más jóvenes toca recordar que Aspes era una marca de electrodomésticos muy famosa en España que corrió con los gastos del marcador del estadio de La Falange, con la condición de que fuera de color rojo de la marca y en las ventanas se pondrían los goles. Debajo de la casita estaba el foso de salida al campo para los jugadores, y delante, la portería más alta que la otra. Era un dicho popular y solo los utilleros del Almería sabrán si era realidad o un mito. El caso es que también en esa portería se marcaban más goles y si te ponías en el punto de penalti daba la sensación de ser más alta que la que daba al Sur. Los aficionados, antes de los partidos, como casi nadie tenía transistor y no había Marcador Simultáneo Dardo: se divertían entre el hombre de las pipas y esas leyendas de grada que nos contaban a los niños. No existen documentos que lo acrediten pero se iba transmitiendo de padres a hijos.

La de Membrives

Cuando la Agrupación Deportiva Almería se mudó al nuevo campo, el primero de los goles se marcó en aquella portería, luego de Membrives. Lo hizo Daniel Pardo Bazán, Dany, con la camiseta del Athletic de Bilbao y el primero oficial del Almería lo hizo Artero en el Fondo Norte antes de que se colocara la publicidad de Membrives tras la portería. Hasta que cerraba sus puertas al fútbol para dar la bienvenida al rugby, los goles llegaban a la portería del marcador y siempre había más abonados en este fondo que en el otro. Lo de Membrives nace con el Almería Club de Fútbol. Siendo los hermanos José Manuel y Antonio, directivos primero y consejeros después, contrataron publicidad en la portería de los palcos y empezaba la leyenda. Pintada la publicidad en el cemento pasaron las temporadas con la ‘guerra civil’ entre clubes incluida, cuando Poli y Ceefe vivieron una década no precisamente prodigiosa en una lucha sin cuartel.

La del marcador

Para que no se enfaden los ahora fieles seguidores del Almería como Unión Deportiva, toca recordar que cuando se abre el Estadio de los Juegos Mediterráneos la tecnología punta ya estaba instaurada en LaLiga y todos los campos empezaban a ser iguales. El fondo de las redes era similar en todos los campos y se puso de moda el pintado de las mallas y poco más. La historia cambió solo a la hora de bautizar las porterías ya que la del Sur ganaba por vez primera protagonismo a la Norte por aquello de estar ubicado allí el marcador electrónico. Pese a ello, los goles más bonitos se marcaron en el Fondo Norte, pero el campo era simétrico y se perdía para siempre la tradición de bautizar las porterías. A día de hoy se le sigue diciendo la de Membrives a la que da al Barrio de El Puche pero ya no se transmite de generación en generación; y como todo el mundo tiene móvil y radio, antes de los partidos, lo que toca es estar mirando al teléfono para estar informado.