Abelardo no era culpable
Y Cristóbal Parralo hizo lo que pudo

Abelardo llegó a Cartagena cargado de ilusión pero duró 6 jornadas.
La temporada está inmersa en su recta final y a los banquillos de Segunda no ha llegado la paz, porque en las jornadas que quedan (pocas) ya verán como otro saltará por los aires por obra y gracia de los marcadores. En Cartagena se vive una situación de depresión por la marcha de su equipo, que pronto visitará el Mediterráneo. El conjunto albinegro va por su tercer entrenador y se planta, como el Almería tuvo a cuatro la pasada Liga y no hubo manera de parar la caída en picado a Segunda. Abelardo Fernández no era el culpable, como Cristóbal Parralo en el Racing de Ferrol hizo todo lo que pudo. Ya nada sirve de consuelo al despedido y el que despide sigue adelante porque son las leyes no escritas del fútbol que dicen aquello de: “No se pueden echar todos a los jugadores y toca cambiar a uno”. Nada nuevo, pero hay que mirarse en el espejo de otros clubes y entender que cuando una plantilla no da más de sí por muchos entrenadores que le pongas…
Abelardo Fernández estaba ilusionado e implicado con el Cartagena como Vicente Moreno con aquel Almería y los dos fueron fulminados a las primeras de cambio. El club rojiblanco se fue al pozo con cuatro técnicos y el albinegro va por tres y la próxima temporada jugará en la 1ª RFEF. No hay consuelo, y en un fútbol sin memoria toca mirar al pasado sin ira y entender que la plantilla del Cartagena no daba más de sí. Igual con Abelardo el equipo hubiese respondido con el paso de las jornadas, pero ya es historia y los que sufren y viven el momento son los directivos del club y sus aficionados porque los técnicos pasan de largo.
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Cristóbal Parralo también era despedido del Racing de Ferrol y el equipo no se ha levantado como pasa en Tenerife con números de ciencia ficción para salvarse con Álvaro Cervera. Como dicen los dirigentes del fútbol: “Algo hay que hacer” y se empieza a poner de moda echar en un mismo pack al entrenador y al que lo ficha. Ni los directores deportivos tienen su puesto fijo.
Abelardo
Nunca es una buena noticia para el Almería que baje el Cartagena porque es un club con el que se mantiene una excelente relación, y las aficiones viajan y se nota en la economía de ambos clubes. Lo que parecía ser un Cartagena mejor que el que salvara Julián Calero, de la mano de Abelardo duraba solo 6 partidos de Liga, como aquel Almería de Vicente Moreno que fueron 7. Poco margen y muchos nervios en un fútbol sin piedad que no entiende ni respeta trayectoria y palmarés. Mandan los resultados y la maleta con las ruedas engrasadas echa a rodar. No hubo paciencia con el asturiano. Tampoco con Jandro y ahora le toca a Romo.
Parralo

Cristóbal Parralo dejó su huella en Ferrol pero acabó despedido.
Otro equipo que va de cabeza a la categoría de bronce es el Racing de Ferrol donde la sombra de Cristóbal Parralo es alargada por todo lo que le aportó al club. No era una cuestión de banquillo a tenor de los marcadores y, como en Cartagena, es la plantilla la que no ha dado más de sí. También era despedido sin mirar su hoja de servicios y le toca a los dirigentes volver a diseñar un plan que les devuelva al fútbol profesional. No era culpa de Parralo y tampoco de Menéndez que trabajan con la materia prima que les da el club. Y tampoco los directores deportivos deben ser ‘ejecutados’ porque firman pasado sabiendo que cada temporada empieza una Liga nueva.