No son tres puntos. No es entrar en Play Off. No es ganar al líder de Segunda, al equipo más en forma de la competición. Es el momento de creer. Agónica y merecida victoria de un Almería que esta vez sí jugó con galones. Le van este tipo de duelos a los rojiblancos porque cuando le ponen contra la cuerdas consigue sacar su verdadero nivel.

Por primera vez desde el verano se ha dejado de hablar tanto de ascenso directo y se ha aceptado la realidad, un nuevo panorama que abre un horizonte de optimismo si los futbolistas mantienen el compromiso reflejado sobre el campo.

Grandes

El Almería mandó y agobió al Levante en la primera mitad pero sin ser tan certero salvo un córner rematado por Pubill salvado por Romero bajo el larguero. El peligro que llegaba a Maximiano era con transiciones y balones largos para comprometer a los centrales. A los rojiblancos les costaba finalizar los acercamientos al área porque faltó precisión. Cada minuto que pasaba ganaba enteros la posibilidad de que el partido se decidiese por un gol, si lo había.

Igualdad

Dos conjuntos parecidos que en varias situaciones mostraron un nivel de Primera División, piques entre ellos, y la ambición de vencer. El picante y el fútbol en estado puro. Por algo son dos de los favoritos a subir independientemente de la vía directa o el Play Off.

El Levante volvió del descanso dispuesto a mandar y quitarle protagonismo al Almería. Rubi quería último pase y metió a Arribas. Los banquillos a escena.

No estaba ocurriendo nada extraordinario hasta que llegó un penalti de VAR sobre Pubill. La locura en la que se ha convertido este deporte lleva a que cada semana varios equipos se enfaden con el estamento arbitral. Si hace una semana era el Castellón el que clamaba por un penalti a favor del Levante, ahora son los azulgranas los que protestan la decisión del veterano Arcediano Monescillo en el monitor y del joven Mallo Fernández en el campo.

Polémica

Agarrón de Ignasi Miquel a Marc Pubill muy claro. No porque no se proteste deja de ser penalti. Le costó pitarlo a Mallo Fernández para desesperación del defensa del Levante, quien indica que Pubill también le agarra; y del resto de sus compañeros. Luis Suárez frente a Andrés Fernández, un lanzamiento que cambiaría la tendencia y la flecha del Almería. Disparo raso engañando al adversario y explosión de júbilo de un Mediterráneo sediento de una alegría tan grande.

Hay vida

El Almería se puso a defender con el alma y ese espíritu competitivo que tantas veces ha abandonado a lo largo de la temporada. El Levante, por números y clasificación es el mejor de Segunda y para ganarle tienes que rematarle dos veces en el suelo. Carlos Espí, héroe de tantas tardes azulgranas, perdonó el empate en la última jugada.

Con el pitido final la liberación de un vestuario que reordena su mente, su fútbol y sus objetivos. Ganar al Levante, entrar en Play Off y luego ya se verá en qué lugar le coloca el fútbol. Ese ‘clic’ ha podido llegar con más fuerza que nunca al equipo y a la grada un “¡sí se puede!” desde el corazón que rugió por primera vez en lo que va de campaña. Disfrutar, celebrar y a por el Granada.