La Voz de Almeria

UD Almería

Se jugó como los ángeles

El mejor partido fuera de casa de toda la temporada

El once del Almería.

El once del Almería.LFP

Miguel del Pino
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El Almería completó en el Ciudad de Valencia su mejor partido fuera de casa de toda la temporada poniendo de manifiesto las virtudes y carencias que definen la actualidad del conjunto almeriense. Volvió Rubi a jugar con tres centrales. El dibujo no le había funcionado en San Mamés, por lo que el rendimiento de esta variante táctica estaba en el aire.

Pero cualquier parecido entre el Almería de Bilbao y el del Ciudad de Valencia es una anécdota. Fue pasar de la noche al día. Ha habido que llegar a la undécima etapa, sexta recorrida fuera de casa, para ver al mejor Almería. Rubi había hecho muy bien su trabajo. Primero porque aumentó la dotación de centrales y porque dotó al eje de su retaguardia de una velocidad de acción de la que había carecido en muchas de sus actuaciones, con la presencia de Kaiky y Chumi.

La sorpresa estuvo en la ausencia de Babic que había sido titular en las diez primeras jornadas. El trabajo de los noveles fue impecable brillando con luz propia Chumi firmando una de sus mejores comparecencias del presente campeonato. El trabajo coral del equipo, hasta que Melero estuvo en la cancha, no fue sólo bueno sino brillante en algunas fases del mismo.

Rubi demostró que actuar con tres centrales no es sinónimo de ser defensivos ya que los almerienses firmaron el mayor número de oportunidades de gol en campo hostil de toda la campaña. Pero para que el sistema dé los frutos pretendidos es necesario que esté bien trabajado en los ensayos y bien desarrollado en el partido. Ambas cosas se hicieron realidad ante el Villarreal. Pelearon como jabatos, pero con criterio; presionaron como toros, pero con cabeza; se desplegaron en ataque con un gran sentido de la verticalidad y la efectividad y cerraron los caminos hacia Pacheco con colocación, sentido de la anticipación y contundencia. El partido supuso el debut de Pacheco bajo palos. Se confirmó que la meta rojiblanca tiene dos cancerberos de máximo nivel y garantía.

Además la sociedad cada vez más sólida y efectiva formada por El Bilal y Melero volvió a funcionar, aunque al cincuenta por ciento. La dejada de Touré a Melero supuso que el Almería se adelantara en el electrónico, pero la de Melero al de Mali no acabó en gol. Una vez más se puso de manifiesto que Rubi tiene un fondo de armario más bien modesto para la categoría, que los partidos se le hacen largos y que la ausencia de sus pilares, sobre todo Melero, le hacen experimentar un gran bajón en su rendimiento.

Tuvo que precipitarse el técnico con la primera sustitución ya que Baptistao había resultado tocado como consecuencia de una durísima entrada de Álex Baena. Entró Embarba que dio continuidad al trabajo del brasileño. A Robertone y Eguaras, que había sido autor de dos asistencias de gol a Akieme y Melero, de máxima brillantez, le suplieron César y Arnau. Ambos mantuvieron el nivel del juego del conjunto. Pero la salida de Melero y El Bilal fue el principio del fin de las ilusiones rojiblancas porque ni Ramazani ni Lázaro conectaron con sus compañeros. De un error del brasileño nació la contra que llevó a la derrota.

El Almería no mereció perder porque fue mejor que su rival en muchas fases del juego tanto cuando jugó contra diez como contra once, pero en el fútbol de élite no es cuestión de merecer sino de ser efectivos en las dos áreas. Los de Rubi fallaron ocasiones clamorosas en la zona de castigo rival, sobretodo El Bilal, Akieme y Melero y los locales aprovecharon la suya en el último segundo. Los aficionados castellonenses regresaron a sus hogares plenos de felicidad y a nosotros se nos quedó cara de tontos, pero ilusionados con la progresión del equipo.

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