La UD Almería debería de haber despedido el año jugando en el Anxo Carro ante el Lugo. Pero el partido no se jugó gracias a una maniobra conjunta entre el club lucense y las autoridades políticas de su comunidad.

Las disposiciones Covid-19 acordadas por la Liga y la Federación establecen que: "El número mínimo de futbolistas de la primera plantilla (7) seguirá plenamente vigente durante todo el desarrollo de la competición salvo cuando operen las causas del Covid, en cuyo caso el número mínimo de jugadores con licencia de la primera plantilla para la disputa del partido y durante todo el desarrollo del mismo será de cinco jugadores, salvo que el club dispusiera de un número mayor (hasta 7) habilitados para el encuentro".

El precedente

El Lugo tenía la baja por Covid de 15 jugadores, le quedaban disponibles en la primera plantilla 10, lo que obligaba a que el partido tuviera que celebrarse. Hecha la ley, hecha la trampa.

Para evitar que el cuadro lucense tuviese que jugar el partido la Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia ordenó el confinamiento de todo el plantel, afectados y no afectados, por lo que la Federación se vio forzada a aplazar el encuentro que cerraba la primera vuelta para el Almería.

El viernes Rubi anunciaba que pierde la mitad de su plantilla o más para enfrentarse al Cartagena. En el caso más favorable el número de licencias del plantel disponible no será superior a diez, ya que además de las ausencias por Covid, que no han sido hechas públicas pero que parece que aumentan cada jornada, son bajas por lesión Carriço y Sousa y por sanción Babic.

La petición

El club, declaró el entrenador que es la única fuente de información en el equipo de nuestros amores, ha hecho gestiones para que se aplazara el partido, pero los políticos, la Consejería de Salud dela Junta de Andalucía, la Liga y la Federación, han hecho oídos sordos a la justa petición de la entidad almeriense en una situación absolutamente similar a la del Lugo antes del periodo vacacional. El agravio comparativo es irrefutable.

Los abonados se encuentran absolutamente desconcertados en cuanto al panorama que puede ofrecer su equipo cuando salte al césped para enfrentarse al Cartagena. Porque el ocultismo que preside las informaciones deportivas de la entidad hace que se desconozca no solamente el nombre de los jugadores que han dado positivo sino también el número.

Así las cosas es imposible aventurar un posible once porque desconozco qué soldados están en condiciones de defender el pabellón rojiblanco. Al menos confío en que el maldito virus haya respetado a Umar Sadiq para que pueda despedirse en el campo de su afición antes de partir para jugar con la selección de Nigeria la Copa de África.

El detalle

Con casi todo en contra ha llegado el momento de que la afición de un paso al frente y pelee junto a los suyos por tres puntos vitales. La camiseta número doce debe lucir esta tarde en todo su esplendor.

El joven y prometedor árbitro canario González Francés que rinde su primera visita al Mediterráneo, ya que ha llegado este curso al fútbol profesional, dirigirá el partido. En el VAR estará Pérez Pallas.