Llegan el otoño y los primeros resfriados: algunos consejos para prevenirlos
En otoño e invierno conviene adoptar ciertas precauciones para librarse de pasar una o dos semanas enfermo

Con la llegada de septiembre también suelen aparecer los primeros resfriados.
Con la llegada de septiembre también suelen aparecer los primeros resfriados. Contraer uno es tan fácil que, en cuestión de días, es habitual que varios amigos o familiares compartan los mismos síntomas. Tos, dolor de garganta, congestión nasal o esa molesta sensación de pesadez en el pecho son algunos de los más típicos.
Nadie quiere pasar por esas incomodidades, por lo que, del mismo modo que en verano es recomendable protegerse del sol para evitar una insolación, en otoño e invierno conviene adoptar ciertas precauciones para librarse de pasar una o dos semanas enfermo.
La medida más eficaz contra el resfriado es tan sencilla como lavarse las manos con frecuencia. Durante la pandemia de la Covid-19 este hábito se convirtió en rutina, pero poco a poco se ha ido relajando. Sin embargo, sigue siendo fundamental: ir en transporte público, tocar superficies compartidas y después llevarse las manos a la cara aumenta el riesgo de contagio. Lo ideal es llevar siempre a mano un pequeño bote de gel hidroalcohólico o, al menos, evitar tocarse ojos, nariz y boca antes de lavarse bien.
También es importante prevenir los cambios bruscos de temperatura. Con la bajada del termómetro es común pasar del frío de la calle al calor de un edificio o de la propia casa. Para reducir el impacto en el organismo, lo mejor es abrigarse adecuadamente y minimizar esas transiciones tan drásticas.
Otra medida de precaución es mantener distancia de quienes estornudan o tosen sin cubrirse. Los virus se transmiten principalmente por el aire, y una simple distracción puede bastar para contagiarse. Si se frecuentan lugares concurridos, llevar una mascarilla en el bolso o el bolsillo es una buena idea: no siempre se usará, pero tenerla a mano puede marcar la diferencia.
Si, pese a todo, el resfriado llega, lo recomendable es tratar los síntomas desde el inicio para evitar complicaciones. Guardar reposo es fundamental: no implica dejar de hacer todo, pero sí priorizar el descanso, especialmente las horas de sueño. Acostarse un poco antes ayuda a que el cuerpo se recupere y evita esa sensación de cansancio acumulado. En casos de congestión nasal, dormir con la cabeza ligeramente elevada facilita la respiración y mejora el descanso.
Por último, nunca hay que menospreciar los remedios tradicionales. Infusiones, caldos y líquidos calientes no solo alivian el malestar, sino que también ayudan a mantener una correcta hidratación, clave en cualquier proceso de recuperación.