"Las lesiones en la piel son más frecuentes en verano", con esta afirmación comenzaba a hablar el dermatólogo almeriense más conocido, Ramón Fernández Miranda. En este caso, no solo se refiere a las las quemaduras ocasionadas por la sobrexposición al sol sin usar una protección adecuada, y tampoco al temido melanoma, sino a los sarpullidos, tiña, hongos, herpes zóster y otras lesiones que afecten a la piel.

"La calor hace que bajen las defensas de la dermis, por eso es más fácil contagiarse de una infección", detalla el dermatólogo. Así pues, el verano propicia la aparición de gérmenes y algunas infecciones de la piel relacionadas con ellos. La exposición al sol, la transpiración, la humedad y el mayor contacto con el aire son los factores que influyen en la proliferación de enfermedades cutáneas. Si bien, existen muchos métodos para evitar ampollas dolorosas este verano, marcas que causen picor y escozor, zonas resecas y lesiones cutáneas que resulten desagradables para quien las sufre. 

En primer lugar, mantener una buena higiene es fundamental para cuidar nuestra piel. Mantenerla limpia y seca es clave para prevenir la tiña (una infección por hongos que se presenta como un área circular con bordes rojos y escamosos, que puede picar o causar sensación de ardor) o la pitiriasis versicolor (una enfermedad infecciosa que se reconoce por la aparición de manchas rojas o blancas en la piel con descamación fina, sobre todo en el tronco y los hombros). "Es de vital importancia secarse muy bien para evitar que la humedad haga que proliferen tanto las bacterias como los hongos", destaca Fernández Miranda.

Las duchas y piscinas son los lugares donde puedes contraer hongos

Además, se debe evitar compartir toallas y artículos personales. Asimismo, en caso de ser una persona que suda en abundancia, es recomendable usar ropa ligera y transpirable para mantener la piel seca, también evitar sarpullidos que por lo general están ocasionados por el sudor. 

Del mismo modo, también se deben extremar las precauciones con los niños, que en verano son propensos a contraer impétigo, una infección bacteriana muy contagiosa cuyo síntoma se manifiesta en forma de una pequeña pompita que crece por horas y que se puede extender. 

No obstante, la piel que solemos exponer sol no es la única que debemos cuidar. Es también frecuente contraer en verano infecciones por hongos que afectan a los pies, que por lo general se trasmiten al andar descalzo en piscinas y duchas públicas, o pisar aguas estancadas que se acumulan alrededor de duchas, hamacas o toboganes. 

Las picaduras, enemigas de nuestra piel

Para evitar cualquiera de estas infecciones, se debe prestar especial atención a los pies durante la época estival. Así pues, la primera recomendación es secar bien los pies, cambiar los calcetines y el calzado a diario, evitar andar descalzos en las piscinas y duchas públicas, hidratar los pies y realizar el tratamiento recomendado por un dermatólogo en caso de infección.

Las picaduras también son la gran problemática de la época estival. Ya se trate de picaduras de insectos o medusas, también son enemigos de nuestra piel en verano. En este caso, además de usar repelentes o ropa que cubra gran parte de nuestro cuerpo, es recomendable evitar las zonas donde haya aguas estancadas, lugares por excelencia de cría de mosquitos. Aún así, si ya se ha sufrido alguna picadura, es recomendable usar cremas con corticoides. "Bajo ningún concepto se deberían usar cremas con antihistamínicos, porque al exponer la zona tratada al sol se puede provocar una reacción alérgica", indica el dermatólogo, Ramon Fernández.

En cualquiera de los casos, y si se contrae alguna infección se deben seguir las recomendaciones de un dermatólogo, pues son quienes tienen la fórmula para que podamos disfrutar del verano sin que se nos complique la salud.