Siempre en la salida: el handbiker que desafía todas las carreras de Almería
El corredor adaptado Pablo Pérez Ruescas ha corrido todas las carreras de Almería desde 2020

Pablo Pérez rodando en la San Silvestre de Almería del año pasado.
A Pablo Pérez Ruescas se le reconoce antes de leer su dorsal. En las carreras populares de Almería, desde hace ya cinco años, hay un sonido distinto cuando aparece: el giro constante de los brazos, el recorrido de la cadena y el murmullo que se transforma en aplauso. Pablo no corre como los demás, pero corre con los demás. Y, desde 2020, no falta a ninguna cita importante del calendario de carreras populares de la provincia.
Da igual que sea una San Silvestre, una carrera solidaria si hay salida y meta, allí está él con la misma idea fija en la cabeza desde la pandemia: participar, competir y abrir camino para quienes, debido a una discapacidad, no se animan a inscribirse en una prueba deportiva, al mismo tiempo que abrir la mente de los organizadores que aún excluyen a este sector de la ciudadanía de la agenda de eventos.
Este corredor de 36 años, natural de Las Negras, acaba de lograr la tercera posición en la II Carrera Solidaria ‘Virgen del Pilar’ de la Guardia Civil, dentro de la novedad de su categoría inclusiva, impulsada este año. Aunque no sea el único participante en ‘handbike’ —bicicleta accionada por la fuerza de los brazos—, Pablo Pérez Ruescas ha hecho pleno en todas las carreras populares de Almería desde hace un lustro.
El nijareño nació con espina bífida, una condición que marcó desde el primer día su relación con el movimiento y el deporte. Durante sus primeros años caminó con ayuda, hasta que una complicación en la cadera le llevó a la silla de ruedas a los 11 años, un cambio que transformó su vida y lo acercó a nuevas formas de actividad física adaptada. Compite por la pasión de la competición y la emoción de la adrenalina.
Se desempeñó durante muchos años en el baloncesto en silla de ruedas en la disciplina del CLUDEMI. Sin embargo, la pandemia abrió un nuevo camino: Pablo descubrió el universo de las carreras, y con ellas llegaron el ‘Batec’ (manillar adaptado a la silla de ruedas) y después su ‘handbike’ con las que se ha enfrentado a San Silvestres, Desérticas de La Legión o medias maratones. La de Almería de 2024 es un mito para él: “Esa subida del Paseo de Almería y calle Granada la tengo grabada a fuego”.

Pablo sostiene el trofeo de la última carrera
Detrás de cada carrera, hay un equipo (su Armada Invencible) una familia que hace posible que Pablo cruce la meta. Su padre, con quien comparte un vínculo irrompible y ejerce de ‘jefe de taller’. Es el primero en estar allí, ajustando meticulosamente su ‘handbike’ y adaptando piezas de una maquina cuyo mantenimiento es escaso y costoso.
Entrenar en la ciudad resulta demasiado peligroso: el tráfico, los coches que no ven a un corredor en ‘handbike’ hasta el último momento, convierte cualquier intento de rodar por asfalto en un riesgo constante. “Vas a ras de suelo. Nadie te ve”. Por eso, Pablo y su padre buscan refugio en el entorno rural y se adentran en la naturaleza de Las Negras y Rodalquilar para rodar.
“Esa subida del Paseo de Almería y calle Granada la tengo grabada a fuego”
El de Las Negras se ha hecho fuerte en este mundo de bípedos. Se coló por una grieta desafiando una agenda que tradicionalmente dejaba fuera a los corredores con movilidad reducida. Parte de ese cambio se lo debe a Antonio Jesús Casimiro, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Almería que, según Pablo, no se limita a firmar permisos: “Tato se sube a la bicicleta y va al lado del corredor, preguntando cómo vamos, ofreciendo agua o geles, y asegurándose de que todo salga bien. Gracias a su implicación, se han abierto las puertas a la inclusión”.
El corredor subraya que las barreras organizativas siguen siendo un obstáculo, limitando a los corredores ‘handbike’ a una mera exhibición, cuando ya se podría sopesar en hablar de competiciones reales, como las que se celebran en otras partes de España.
Pablo ha sido pionero en estas categorías, y su participación abre la puerta a otros atletas con movilidad reducida. Pablo ya tiene la vista puesta en su próximo reto: completar una maratón, “probablemente la de Madrid” consolidando así la visibilidad del deporte adaptado almeriense.
Recuerda cuando fue invitado a correr en Montmeló, en la carrera de 'handbike' organizada por la Fundació Isidre Esteve. Este evento inclusivo, que se celebra anualmente en el Circuit de Catalunya como parte de su Gran Premi, combina equipos de ciclistas y handbikers para recorrer el trazado, promoviendo la participación de personas con discapacidad.
Pablo compartió equipo con el campeón de motociclismo Àlex Crivillé y con el mecánico de Esteve, una experiencia que él describe como “un hito increíble”, y que convirtió aquel verano de julio en una fecha inolvidable en su carrera deportiva.