La participación de Israel en Eurovisión continúa siendo uno de los debates más encendidos en torno al Festival en los últimos años. Sin embargo, de cara a la edición de 2026, la polémica ha alcanzado un punto especialmente delicado. Varios países —entre ellos España, Islandia, Países Bajos, Eslovenia e Irlanda— han anunciado que retirarán su candidatura si se permite que Israel continúe en el certamen “mientras mantiene su genocidio al pueblo palestino”.

España fue el primer miembro del Big Five en confirmar su postura contraria a la participación israelí, una decisión que ha marcado el pulso del debate internacional. En el extremo opuesto, Alemania se ha erigido como principal defensora del país de Oriente Próximo, situando a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) en una encrucijada sin precedentes. Ambos países figuran entre los que más invierten en el Festival, por lo que su eventual retirada tendría un fuerte impacto mediático y económico.

Según la última encuesta mensual Deutschlandtrend, la mayoría de alemanes se opone a excluir a Israel de grandes eventos internacionales como el Festival de Eurovisión y de competiciones deportivas. El 65 % de los encuestados cree que los artistas y atletas israelíes no deben ser castigados por los actos del Gobierno de Beniamin Netanyahu.

Además de Alemania, Grecia, Italia y la anfitriona Austria han mostrado su respaldo a Israel. Por el contrario, Bélgica, Polonia y Portugal todavía no han definido su posición, mientras que Francia ha optado por una postura prudente, confirmando su participación pero evitando pronunciarse de manera contundente.

Alemania podría retirarse de Eurovisión si excluyen a Israel

La voz más firme a favor de Israel ha sido la del canciller alemán Friedrich Metz. En una entrevista concedida a la cadena ARD, declaró que “apoyaría” la retirada de su país si se vetara a Israel. “Considero un escándalo que siquiera se esté discutiendo esto”, expresó el dirigente. “Israel tiene que estar allí”. Sus palabras constatan que el gobierno alemán está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias para garantizar que la emisora pública israelí, KAN, forme parte de la competición.

Según el calendario marcado por la UER, en noviembre se celebrará una votación en la que todas las televisiones miembro decidirán si Israel seguirá formando parte de Eurovisión 2026. Por el momento, los países más firmes en su rechazo han sido España, Islandia, Países Bajos, Eslovenia e Irlanda que ya han comunicado que no participarán si no se veta a Israel, gobernado actualmente por Benjamín Netanyahu. 

Este desenlace podría suponer uno de los mayores desafíos políticos y organizativos de la historia reciente del Festival, poniendo a prueba su capacidad para conjugar espectáculo, diversidad y consenso entre naciones con visiones profundamente opuestas.