El actor cubano William Levy, conocido por su papel protagonista en Café con aroma de mujer, ha vuelto a ser el centro de atención mediática, aunque esta vez no por sus trabajos en televisión, sino por un controvertido episodio que protagonizó el pasado abril. Durante su reciente visita al programa El Hormiguero, Levy abordó con naturalidad –y mucho humor– el incidente que le llevó a pasar una noche en el calabozo.

Recordemos que, a mediados de abril, el intérprete fue detenido por alteración del orden público en estado de embriaguez y por allanamiento de una propiedad privada. Incluso llegó a circular por redes sociales el vídeo de su juicio rápido, del que salió en libertad tras abonar una fianza de 500 dólares.

Durante su conversación con Pablo Motos, Levy no evitó el tema y explicó lo ocurrido desde su punto de vista. “No pasó nada de lo que se ha especulado”, aseguró tajante, aclarando que todo comenzó tras una cena con amigos. Según su relato, uno de sus acompañantes discutió con el personal del restaurante por un cobro indebido y él solo intentó calmar los ánimos: “Me metí en medio porque era lo mejor para que la situación no escalase”.

Sin embargo, la Policía tuvo que intervenir y, a pesar de que Levy afirma que ya se encontraba fuera del local, fue detenido junto a su amigo: “Pasé la noche en una celda, obviamente no dormí nada”. Ante la insistencia del presentador sobre la gravedad del asunto, el actor quitó hierro al asunto e incluso bromeó: “Nada más salir y que me pagaran la fianza, fui a ver a mi hijo a su partido de béisbol. No pasa nada, es una experiencia más en la vida. De hecho, ahora formo parte del club de los artistas que tienen problemas policiales”.

La anécdota no terminó ahí. William Levy relató que durante su estancia en el calabozo hizo “nuevas amistades” y que incluso cedió su desayuno a otro detenido. Pero su principal preocupación era otra: “Los de seguridad de la cárcel hicieron lo posible para pudiera llegar al partido de mi hijo, y llegué”. Al salir, solo pidió ropa limpia porque tenía “peste a cárcel” y se cambió en el coche antes de disfrutar del partido.