De Almería a Cracovia, de set en set y tiro porque me toca
El roquetero que cautivó la Europa Central con su vida de 'rockstar'

Collage Roberto Segura de pequeño, Dj Robber en escena.
Roberto Segura nunca pensó que acabaría siendo DJ. El primer contacto con la música llegó casi sin querer, en aquellos veranos que pasaba con su padre, también DJ aficionado y coleccionista de vinilos.
En su casa reinaban los discos y una pequeña mesa de mezclas que parecía el centro de todo: fue ahí donde Roberto probó el tacto del vinilo y se dejó seducir por la magia de mezclar sonidos y ritmos.
Con el paso del tiempo, enemigo acérrimo de la inocencia y la niñez, la adolescencia llegó, y Roberto comenzó a decantarse por otro ocio, el de la fiesta, dejando en el cajón de los recuerdos su interés por las mesas de mezclas. No obstante, para él, el mundo de la noche se convirtió en algo más.

Roberto Segura de pequeño, en un futuro, Dj Robber.
Todo comenzó con una fiesta de cumpleaños, la suya. “Invité como a cien personas, fue como una fiesta, bueno, sin el como realmente”, cuenta entre risas el joven. “A raíz de ahí dije, ¿y por qué no hago lo mismo, pero sin que sea mi cumpleaños?
De esta manera, el futuro de Roberto como organizador de fiestas fue cogiendo forma. Pasó el verano y nuevas decisiones fueron marcando el rumbo de nuestro protagonista. La siguiente estaba ligada a su etapa universitaria, cuando se planteó marcharse con el programa Erasmus.
Con picardía recuerda: “Lo primero que hice fue consultar las valoraciones de los distintos destinos a los que podía ir”. Pero hubo un apartado que captó especialmente su atención: la “valoración por fiesta”. Y ahí Cracovia se llevaba la mejor puntuación.
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Después de un verano entero trabajando, llegó el día de conocer la tierra prometida de la fiesta. “Fuimos con tiempo para hacernos al sitio antes de empezar las clases, y como yo era muy sinvergüenza, me hice amigo del organizador de fiestas de allí”, una prueba innegable de cómo este joven roquetero supo hacerse notar entre los organizadores locales. De hecho, se atrevió a decir que podía pinchar mejor para el público español y latino que el DJ residente polaco, y en poco tiempo empezó a trabajar con ellos.

Dj Robber en escena.
Así, el año se convirtió en una locura de bolos y noches sin descanso: terminó siendo DJ residente en una de las salas latinas, más importantes de la ciudad y referente para los españoles y turistas que buscaban reggaetón y fiesta: el Teatro Cubano. “Estaba viviendo una vida de rockstar”, recuerda, arrastrando al público y convirtiéndose en alguien que todos querían tener cerca para sus eventos.
Para él, su vida en Polonia era el ejemplo perfecto para confirmar los prejuicios que se tienen al ver que una persona tiene como profesión el ser DJ: “Mi vida era fiesta, no me lo tomaba como un trabajo, una persona en su espacio laboral no bebe, pero yo sí lo hacía”.
Volver a casa como Dj Robber, perdurar en los beats sin perder el disfrute
Todo comienzo tiene su fin, o eso es lo que dicen siempre. Para Dj Robber no fue así: los brazos abiertos, y unas cuantas ofertas llegaron a él al volver a Almería. Fue ahí cuando se dio cuenta de que quizás debía profesionalizar lo que había comenzado en Europa Central.
La Bendita, Bribón, Jazmín, las cervezadas de la Universidad de Almería, eventos privados… Poco a poco Roberto se iba haciendo espacio en la escena urbana de Almería. Decidió invertir en equipo para practicar en casa. “Mi objetivo no era quedarme solo en bodas, bautizos y comuniones. Mismamente en verano pinché para un evento de una marca de ropa”. En los últimos meses, también ha concertado bolos en Murcia, con la vista puesta en poder hacerlo en otras muchas provincias también.

Dj Robber en la caseta de Jazmín por las fiestas de El Puerto.
Al haber cursado piano de pequeño, la música había estado en la vida de Roberto de manera inherente, sin embargo, no fue hasta vivir la experiencia de Cracovia, que no se dio cuenta de que quizás se le daba bien. “Si los sitios guays me están llamando, están contando conmigo, es por algo”.
Así, DJ Robber se ha convertido en rostro habitual de muchos eventos y fiestas locales. Todo ello compaginado con su trabajo en Groditech, una empresa agrotecnológica almeriense que viene a revolucionar el sector agro de la provincia.
Su rutina es simple. Cada mañana al dirigirse al trabajo, automáticamente reproduce la lista de éxitos de la semana, del radar que trae consigo música nueva. Si antes su vida estaba ligada a la escena, ahora Dj Robber vive en ella, atento a cada movimiento del sector musical.
El pulso del apoyo familiar convertido en mezclas
Entre las luces del escenario, el frenesí de la noche y el ritmo constante de las mezclas, el contexto familiar siempre ha estado presente en cada paso que daba Roberto. Su abuela y su madre siempre han sido sus pilares, en especial, para él, su abuela “es una de mis mejores amigas, puedo contarle casi todo”. Con sinceridad y cariño cuenta cómo ella “ha vivido cada paso que he dado y se alegra como si los triunfos fueran suyos”.
De esta manera, el entorno familiar ha sido, para él, refugio y motor. Creció escuchando sesiones de su padre en el coche, mezclas caseras que encendieron una curiosidad que el tiempo convertiría en vocación. “Mi padre también pinchaba cuando era joven, y creo que eso me marcó. Entendía lo que hacía, me apoyaba sin juzgar”, recuerda. Su madre, más cautelosa, lo acompañó desde otro ángulo: atenta, protectora, pero confiando en ese impulso creativo que su hijo transformaba en carrera.
En este contexto, su abuela brilla con una intensidad especial. No hay impostura, ni redes sociales de por medio: hay domingos en casa, conversaciones largas y risas. “La gente presume de visitar a sus abuelos, pero pocos pasan tiempo real con ellos”, reflexiona. “Yo sí lo hago, porque sé que, como los yogures, los abuelos tienen fecha de caducidad”, comenta riendo. Porque sabe que su carrera avanza, su vida también, pero hay cosas que no se repiten.

A la izquierda, Roberto con su madre, a la derecha, con su abuela.
“Todo lo que he logrado —dice— lo he hecho sabiendo que estaban detrás, apoyándome incluso cuando el entorno parecía incierto. Esa confianza me ha hecho crecer”. Entre los recuerdos de vinilos familiares y las fiestas donde los ritmos se confunden con las emociones, hay algo indiscutible: ninguna trayectoria artística se sostiene solo con talento; detrás siempre hay una familia que, sin saberlo, marca el compás.
Con el pulso constante de avanzar, crecer, ocupar
El mayor reto para Dj Robber siempre ha sido encontrar ese hueco propio en la escena DJ: un mundo competitivo, sobreexpuesto, donde la autogestión y el marketing personal son tan importantes como el talento. Lejos de levantar muros, Roberto ha acabado siendo referente para otros jóvenes: “Si yo empiezo a pinchar fuera, quizá ellos también pueden hacerlo”, reconoce. Por cada paso, por cada evento, sigue movido por las ganas de crecer, de explorar horizontes y demostrar que se puede compaginar la vida laboral, el negocio familiar y una pasión que no se apaga.

Dj Robber en acción.
Roberto Segura, Dj Robber pone algo más que música en su vida: pone dedicación, compromiso y ganas de crecer, de ocupar y demostrar que ser Dj también es honorable.