La tranquilidad estival de un martes cualquiera del mes de julio fue interrumpido ayer en una de las playas de Almerimar, en el litoral del municipio de El Ejido. Una bandera roja y el desalojo apresurado de los bañistas que estaban refrescándose fueron los grandes protagonistas de la jornada de playa. 

Sobre el desalojo y la bandera roja hay mucha leyenda urbana y lo cierto es que todo se debe a una falsa alarma. Tal y como ha confirmado a este periódico el propio Ayuntamiento de El Ejido, se puso la bandera roja y se desalojó a los bañistas que andaban a remojo debido a que alguien alertó tras haber visto supuestamente una posible aleta. ¿De tiburón? ¿De algún otro habitante de nuestras costas?

En cualquier caso, por precaución, se decidió poner la bandera roja tras el supuesto avistamiento de uno de los bañistas. Con el mar desalojado, se procedió a la búsqueda visual del animal en cuestión. Sin embargo, nadie encontró nada. 

Así, la falsa alarma dio paso a la normalidad en el baño, sin que nadie pudiera confirmar el avistamiento de un animal con aleta en el mar que baña las costas de Almerimar. Y si Castala tuvo su pantera, ahora Almerimar tiene su tiburón como peligro avistado (o imaginado) y nunca localizado. Así, al menos, hace honor a la mítica plaza de Almerimar a la que da nombre tan temido habitante de los mares.