Cuevas del Almanzora está de luto después de que se localizaran los tres cuerpos sin vida de los desaparecidos bajo los 3.000 metros cúbicos de piedra que cayeron sobre algunas de las casas-cueva del barrio del Realengo.

Los bomberos rescataron el último de los cuerpos de las tres personas que habían desaparecido bajo el derrumbe del Cabezo sobre las 02.20 horas de la madrugada del viernes al sábado. Fue entonces cuando se puso fin a las tareas de rescate de los tres miembros de una misma familia, el padre -José Manuel Asensio- y dos de los hijos -José Manuel y Alonso-, que quedaron sepultados bajo las rocas en la madrugada del viernes.

En el suelo, entre la arcilla, sus prendas personales, el correo, algunas fotos y hasta las llaves de la entrada de la casa, ahora destruida. Son los recuerdos que aún viven entre el desolado paisaje, casi lunar, que ha dejado el desprendimiento del cabezo y que se ha llevado consigo tres vidas.

El primero de los cadáveres hallado fue el del hijo mayor, de 25 años, pasadas las 22.30 horas de la noche del viernes. Poco después se localizaba el segundo de los cuerpos, el del joven de 21 años, y sobre las 02.20 horas se rescataba el último de los cadáveres, el de José Manuel Asensio. Una de las vecinas, Gloria, que presenció la recuperación de los cuerpos, relató a LA VOZ que “el primero en aparecer fue el más pequeño, que estaba en un sillón, se ve que lo pillaron durmiendo; el otro estaba junto al ropero, y al padre lo encontraron algo alejado, en la salida hacia la cuesta, como si hubiera querido salir y no le hubiera dado tiempo”. Según el alcalde cuevano, Jesús Caicedo, el forense le informó de que “la muerte de los tres se debió producir de manera instantánea”.

Los cuerpos sin vida de los tres fueron trasladados a la capital, al Instituto Anatómico Forense. Desde donde llegaron de nuevo pasadas las 18.30 horas de ayer al tanatorio de la localidad cuevana para que sus familiares pudieran velarlos. La misa de requiem está prevista a las 10.00 horas de hoy. Momentos antes, en el tanatorio, tendrá lugar un minuto de silencio por los fallecidos.

Con respecto a los dos heridos que fueron trasladados en la mañana de ayer al hospital de la Inmaculada, la madre de los dos jóvenes fallecidos, Carmen Higueras, cuyo pronóstico es reservado superaba bien el día, y el joven Francisco Navarro evolucionaba favorablemente. Más información en la edición de papel