Ramón "El Gato", el pescador aliado de las tortugas boba
El patrón lleva a las aulas escolares su amor por la vida marina

Ramón Aguado en el centro, con una tortuga boba
Ramón Aguado tiene 55 años y lleva desde los 12 en la mar, siguiendo la larga tradición de sus ancestros, como tantos otros vecinos de Carboneras. Y al igual que a su padre y abuelo le apodan “El Gato” porque aquellos eran arrieros que llegaban con la noche desde el campo a comprar el primer pescado en la playa al despuntar el día.
Ramón llevó la semana pasada a las aulas del colegio Federico García Lorca su pasión por la mar, su respeto por la vida que contiene, y sobre todo por las tortugas-boba. Nunca ha visto anidar en las playas de su pueblo pero sí ha visto muchas surcar cerca de la costa carbonera. “La tortuga es necesaria para la mar, pertence a una cadena y si se rompe esa cadena el pescado no existiría”, afirma.
Esa es una de las principales lecciones que transmitió a estos niños que le escucharon con atención, cercanos a la edad con la que él recuerda el primer pulpo de siete kilos que capturó. “Me embarqué escondido con la complicidad de mi abuelo en un bote a remos porque mis tíos no querían que fuera”, recuerda.
Patrón Ramón El Gato es patrón desde los 18 años y con su barco Enrique El Gato ha surcado muchos mares y oceanos como las tortugas. Y en tantas millas ha aprendido a respetar toda la vida en el agua. Por eso se pone serio y firme cuando oye acusaciones de que los pescadores matan a las tortugas. “Es falso. Tenemos esa mala imagen de forma injusta. Y la prueba de que es falso es que el Gobierno de Estados Unidos nos invitó el año pasado a Florida”.
Así es, esta experiencia también la compartió con los escolares. Ramón El Gato ha hecho el viaje de las tortugas boba, que tienen en un lugar concreto de Florida la mayor área de anidación del mundo. Su viaje tiene que ver con una tortuga que había ayudado a etiquetar y marcar con GPS en Cabo de Palos y que tras muchos dís apareció a miles de kilómetros en Florida. De ahí que fuera invitado junto a una delegación española con científicos y reporteros especializados. “El pescador es un aliado de la tortuga por eso nos invitaron”, afirma.
Carbopesca “Hace tiempo me di cuenta que la tortuga atrae a superficie mucho pescado alevín que es cebo para los predadores”, añade. De ahí que Ramón Aguado, que en la actualidad pesca a anzuelo pez espada y atún, haya innovado y cambiado su sistema, aumentando la profundidad de los anzuelos de 200 a 400 metros. Tal gesto quizás haya encontrado la complicidad de las amigas tortugas pues resulta que le ha beneficiado y asegura que “este año hemos aumentado en un 40 por ciento la pesca”.
Destaca el papel de colaboración que la asociación Carbopesca ha realizado durante años con estos científicos en los temas de muestreo, captura y seguimiento. Pese a todas las precauciones, Ramón Aguado admite que de vez en cuando, alguna tortuga cae accidentalmente y en estos casos, se desengancha con cuidado y se devuelve al mar. De todas formas, “los plásticos y las luces de las costas son los principales enemigos de las tortugas”, asegura.
Su otra pasión animal son los canarios de color, con los que ha llegado a ser campeón del mundo en 2010 y 2011. Ha llegado a tener mil canarios y a la pregunta de qué le apasiona más, el canario o la tortuga, responde: “No me lo pongas difícil”.