La Policía Nacional ha desarticulado una organización criminal formada mayoritariamente por ciudadanos nigerianos que se dedicaba a introducir mujeres subsaharianas en España de forma ilegal para obligadas a ejercer la prostitución en beneficio de la organización. Según ha informado la Policía, para asegurarse de que las autoridades españolas no las devolvieran a sus países de origen al interceptar las pateras en las que llegaban, la red intentaba que las mujeres hicieran el viaje en avanzado estado de gestación o acompañadas de hijos de muy corta edad.

Con bebés y niños  Durante la operación se ha liberado a seis víctimas. Los menores, de los que no se ha podido determinar relación materno-filial, han quedado bajo la protección de los servicios asistenciales de las correspondientes comunidades autónomas.  En algunas ocasiones, los miembros de la red de explotación sexual entregaban niños a las mujeres que introducían ilegalmente en España para que se hicieran pasar por sus madres al atravesar el Estrecho de Gibraltar.
Al llegar a España, eran obligadas a ejercer la prostitución, algunas de ellas en clubes de alterne clandestinos donde permanecían encerradas bajo llave en pésimas condiciones higiénicas.

Registros Las investigaciones del Grupo II de la Brigada Central contra la Trata de Seres Humanos de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y las Brigadas Provinciales de Extranjería de Córdoba, Barcelona y Almería han realizado tres registros domiciliarios y cuatro inspecciones administrativas. Comenzaron en septiembre de 2013, con la llegada a las costas españolas de una patera en la que viajaba un grupo compuesto por ocho mujeres subsaharianas en avanzado estado de gestación o acompañadas de menores de muy corta edad. Inmediatamente, los agentes especializados se pusieron en contacto con las mujeres.  De este modo, se averiguó que detrás de todo esto estaba una organización criminal.
Una vez que las mujeres llegaban a España, eran trasladadas por la organización a diversas localidades de Barcelona o a Almería, donde eran explotadas sexualmente.   Se inspeccionó un club de alterne clandestino de la localidad de Roquetas de Mar  cuya clientela estaba compuesta casi en exclusiva por individuos de nacionalidad nigeriana. Allí la Policía comprobó que  las habitaciones se encontraban en pésimas condiciones higiénicas y en cada una de sus puertas se habían instalado candados que las bloqueaban.

El jefe en Marruecos El máximo responsable de la organización, afincado en Marruecos, dirigía todo el proceso al que eran sometidas las mujeres, desde su captación en el país de origen, principalmente Nigeria, pasando por todo el recorrido que hacían a lo largo del continente africano, hasta su llegada a las costas españolas, tramo este último que realizaban en patera. El jefe de la red también se encargaba de supervisar la posterior fase de su explotación sexual.  Durante la operación se ha detenido a diez personas: cuatro de ellos nigerianos, dos marroquíes, tres brasileños y uno de Malí.