Paseos para sociabilizar a los perros
La Protectora de Animales recibe los sábados a decenas de voluntarios para pasear a los canes

mayores y pequeños pasean a los animales con la ayuda de los voluntarios. tyle>.apqj{posit
Empieza a llegar gente, y ellos ya saben que es el día así que se acercan a las vallas y comienzan a ladrar. Muchos podrán salir a dar una vuelta. Julio, avispado, no quiere perderse la oportunidad y consigue salir de su ‘habitación’ a perseguir a la comitiva. Lo consigue. Una semana más podrá explorar los jardines del entorno de su casa.
Todos los sábados por la mañana, la Sociedad Protectora de Animales de Roquetas de Mar, La Mojonera y Vícar recibe la visita de decenas de voluntarios que pasean a los perros en varias tandas. Mayores y pequeños disfrutan con la convivencia, aprenden a educar a los animales, hacen ejercicios con ellos dirigidos por otro voluntario.
“Los padres dicen que es una terapia para sus hijos”, explica Irene, que ayuda a dos pequeñas a coger bien las correas y les da instrucciones: “Mirad, primero dejad que os huelan las manitas, así os reconocen, y ya los acariciais”.
Pero, como apunta Marina, directora de la Protectora, lo importante de estas jornadas son los perros. “De esta forma, se van acostumbrando a estar con personas, se van educando, y, sobre todo, nos sirve para conocer sus personalidades, para ver cómo son en el trato con familias”, dice.
Adopciones La Sociedad sin ánimo de lucro realiza con éstos y otros muchos datos un completo informe de cada uno de los animales que cuidan. “Es importante que las familias que adoptan sepan muy bien todo lo referente a su nuevo miembro”, aducen. También que sean responsables y conscientes, algo que pueden ir aprendiendo en las visitas semanales.
“¡Claro que existen flechazos!”, responde Irene, “incluso los voluntarios los tenemos, pero no podemos llevarnos a todos por eso”, ríe. Pero sí los acogen por temporadas, como le ocurre a Guillermo, herido en una pata y que por ahora cuida Marina en su propia casa.
También realizan así ‘listas’ de prioridades. Guillermo está, claro, en ella. “Aunque las familias tienden a llevarse cachorros, les aconsejamos que lo hagan con perros más adultos, que están educados; los cachorros son como bebés, y no puedes sorprenderte luego de que sean traviesos”, comenta Irene, ante los casos, que los hay, de devoluciones.
Padrinos Además de las adopciones, la Protectora trabaja con apadrinamientos: aportaciones periódicas de familias para un ejemplar concreto. Sari, otra voluntaria que se ocupa de difundir la labor de la Protectora en redes sociales, tiene la teoría -y la experiencia- de que una vez apadrinados, se precipita su adopción, toda una alegría.
Ayer fue el caso de Flopy, adoptado por el pequeño Antonio, que se despedía de su padrino, Miguel. “Las fotos que nos mandan después, de la nueva vida de nuestros ‘hijos’ es el pago que recibimos por nuestra labor”, dicen.