Han regresado a casa cubiertos de polvo del desierto pero con una historia increíble bajo el brazo. Los mojaqueros, José González y Felipe Kirsch, acaban de regresar de Marruecos tras haber completado los más de 3.000 kilómetros de recorrido del solidario ‘Chatarras Raid’ con un coche que es casi una reliquia: un Suzuki Vitara de unos 30 años de antigüedad. Lo que nunca esperaron era terminar la aventura en la sexta posición.

Precisamente esa era una de las características principales del Chatarras Raid, una prueba deportiva que exige que los vehículos sean ‘vintage’ – con una antigüedad mínima de más de 15 años si son turismos o más de 20 años si son todoterrenos –.

Recorrido por el desierto marroquí

“La experiencia ha sido genial, una experiencia grata y un poquito dura” comentaban los pilotos mojaqueros en una entrevista en la Cadena SER Levante, resumiendo el reto de conducir un vehículo tan antiguo por las condiciones extremas del desierto marroquí.

El equipo se decantó por el Vitara ya que creían que les haría el camino “bastante liviano” y era “accesible económicamente”. De hecho, la dureza del camino fue tal que para “los que van con turismo lo pasan bastante peor”.

Sin embargo, la puesta a punto de su 4x4 fue odisea administrativa. Las modificaciones que le hicieron requerían homologación y el trámite se alargó hasta el último momento: “Llegó dos días antes de salir”, a pesar de tener todo listo y la inscripción pagada desde el mes de marzo.

Solidaridad en el desierto

Pero el espíritu del Chatarras Raid va mucho más allá de lo deportivo, se trata de una expedición con una fuerte carga solidaria, colaborando con asociaciones locales y llevando “material escolar o deportivo” entre otros.

“En este caso nos habían pedido que aportáramos bicicletas para que los niños pudieran ir más rápido y más cómodo a los colegios” explican. “Y un caso especial, para una familia que necesitaba una silla eléctrica para discapacitados y entre todos los participantes hubo uno que disponía de ella y la llevó” añaden González y Kirsch.

La inesperada clasificación

A pesar de la dureza del camino a lo largo de seis intensas etapas y después de miles de kilómetros, José González y Felipe Kirsch nunca pensaron en la clasificación: “Fuimos a vivir la experiencia y a hacerlo lo mejor posible y divertirnos en el camino”.

Tanto es así que, no fue hasta que estaban de camino a Mojácar cuando la curiosidad les llevó a revisar los resultados. Ahí fue cuando descubrieron que, de entre alrededor de 160 equipos, habían acabado en una espectacular sexta posición.

El logro es aún más significativo si se tiene en cuenta que la prueba premia la eficiencia en la ruta, es decir, gana el equipo que menos kilómetros recorre. Y los mojaqueros terminaron a tan solo 3 kilómetros de diferencia del primer clasificado.

Con esta experiencia ya en el bolsillo, el futuro de los mojaqueros pasa por “una nueva carrera pero con un grupo más grande, en equipo”.