Confirman siete años de cárcel al hombre que mató a puñaladas a un compatriota en Garrucha en 2022
El hombre que mató de 15 puñaladas a otro varón de 40 años en una calle del núcleo urbano

Fachada de la sede del Tribunal Supremo.
El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de siete años de prisión para B.N., el hombre que mató de 15 puñaladas a un compatriota de 40 años en una calle de Garrucha tras mantener una discusión con él por desavenencias previas en el verano de 2022.
En un auto consultado por Europa Press, el Alto Tribunal inadmite el recurso de casación presentado por la defensa del penado al considerar que no hay fundamentos jurídicos suficientes para tenerlo en cuenta, toda vez que ratifica el fallo de apelación del TSJA, que ya rebajó la pena inicial de nueve años y medio de cárcel.
En concreto, el tribunal descarta con base en los hechos probados que el acusado se moviera por un miedo "incontrolable" tras recibir una patada por parte de la víctima como para aplicar una eximente al respecto, toda vez que tampoco aprecia elementos suficientes para atenuar la pena ante la confesión de los hechos.
En esta línea, la Sala de lo Penal apunta que, aunque el acusado reconoció ante la policía los hechos y abandonó la escena del crimen sin hacer desaparecer el cuerpo, la atenuante no puede entenderse como "muy cualificada" ya que en varias veces se acogió a su derecho a no declarar y, además, tampoco reconoció todas las circunstancias.
El TSJA ya atenuó la pena inicial impuesta por la Audiencia Provincial de Almería a tenor del veredicto emitido por un tribunal de jurado al apreciar que hubo cierta confesión, dado que el acusado narró de forma espontánea la autoría de los hechos ante la Policía Local antes de que el procedimiento se dirigiera contra él, si bien dicha circunstancia no se dio en términos que permita considerar la atenuante como "muy caulificada".
También se mantuvo la aplicación de la eximente incompleta de legítima defensa, puesto que el acusado utilizó un cuchillo para defenderse de un golpe que le propinó la víctima, de modo que hubo una "desproporción" de fuerzas al emplear el arma blanca, de unos 20 centímetros de hoja.
El acusado consiguió ya con sus primeras cuchilladas reducir a su agresor, por lo que el tribunal de apelación estimó que "la continuación en la agresión ha de calificarse, sin duda alguna, como excesiva y desproporcionada".
Además de rebajar la pena de prisión, el TSJA dejó sin efecto la medida de expulsión del territorio nacional que se le impuso al condenado al considerar que la sentencia de instancia no ofrecía suficiente motivación para esta decisión, aunque insta al magistrado-presidente, Luis Columna, a pronunciarse de nuevo sobre este extremo cuando la sentencia sea firme.
Conforme al veredicto, el acusado, nacido en Senegal y con antecedentes penales por delitos de conducir sin permiso y falsedad en documento público, mantenía una enemistad con la víctima, a quien conocía desde hacía tiempo y quien también se dedicaba a la venta ambulante.
Así, sobre las 14,00 horas del 7 de junio de 2022, la víctima acudió a la casa del acusado pedirle explicaciones ante ciertos problemas que habían tenido, de modo que en la puerta del mismo domicilio se inició una discusión entre ellos en la que la víctima "dio dos golpes en la espalada" al acusado.
De este modo y "con la intención de defenderse", el acusado que se dio la vuelta, y sacó un cuchillo que portaba oculto entre sus ropas de más de 20 centímetros de hoja. Ante ello, la víctima "le lanzó una patada" al acusado para que soltara el cuchillo, lo que "le hizo caer al suelo, dónde el acusado le propinó 15 cuchilladas en diferentes partes del cuerpo".
Las puñaladas le causaron graves heridas a la víctima, en especial una que penetró unos dice centímetros en la zona del esternón y que le ocasionó "la inmediata muerte" al afectar al corazón y el pulmón izquierdo.
Tras estos hechos, el acusado se fue a su domicilio pero volvió posteriormente al lugar donde se encontraba el fallecido, cuando ya había llegado la Policía Local. Fue ante los propios agentes ante quienes reconoció "de forma verbal" que era el autor material del crimen.
El acusado fue conducido ante la Guardia Civil, una vez ya detenido, y se acogió a su derecho a no declarar, al igual que hizo en su primera declaración en sede judicial. No obstante, dos meses después y en una nueva declaración en el juzgado, volvió a reconocer ser el autor material de la muerte.