Murcia, Granada y Almería. Tres ciudades, tres escenarios distintos y un nombre que empieza a sonar con fuerza en el mundo del tattoo nacional: Evelyn Oller Ocampo. Esta joven tatuadora almeriense se está haciendo hueco en uno de los circuitos artísticos más competitivos, participando en importantes convenciones y haciéndolo de la mejor manera posible: subiendo al podio.

Con tan solo dos años y medio de trayectoria profesional, Evelyn ha pasado de tatuar en su casa a familiares y amigos y subir sus trabajos a sus redes sociales, a ser reconocida por jurados profesionales en las convenciones de tatuajes. Ella misma lo ha reconocido así porque al principio “estaba probando si me gustaba, realmente no estaba tatuando en serio pero luego me di cuenta de que me encanta” explica.

Lo cierto es que “tenía claro que quería dedicarme a ello pero me costó mucho al principio, porque es un trabajo que requiere mucha disciplina y también mucho compromiso. Es complicado empezar pero una vez que te lo tomas en serio ya todo coge camino” asegura.

Primeros pasos compitiendo

Y, precisamente, ese camino la ha llevado a salir de su estudio y animarse a recorrer convenciones de tatuajes en las que participan artistas a nivel nacional. Su debut fue en la convención de Murcia, la primera vez que participó en una competición, y no puedo empezar con mejor pie: consiguió el primer premio en su categoría, Blackwork, presentando una pieza de gran tamaño que realizó durante tres días. “No había participado nunca antes y arriesgué bastante porque hicimos una pieza muy grande. Pero al final mereció la pena, salió todo genial y quedé primera” añade Evelyn.

En Granada también subió al podio, se llevó el segundo premio en la categorías “Mejor del Día”. Sin embargo no todo fue perfecto: el primer día fue descalificada por inscribirse en una categoría errónea en un estilo que exige el uso exclusivo de tinta negra. Y, sin saberlo, incorporó “blanco a ese tatuaje, mucho blanco además”. A pesar de ello, el jurado no dudó en reconocer su trabajo “que les gustó mucho”, aunque sin premio “porque se saltaba las normas”.

Cada convención requiere de una estrategia distinta, preparando los diseños con antelación y adaptando el trabajo según la categoría. “Las convenciones suelen ser de tres días y te organizas según el diseño. En Murcia hice una espalda de tres días, en Granada hice dos tatuajes, uno el viernes y otro el sábado, y en Almería hice uno de dos días y otro de uno. Puede organizarte, pero hay que llevarlo todo bien preparado”.

En este tipo de eventos, la exigencia es máxima y el ritmo frenético. “Aquí te metes mucha caña,a la final estás como 12-13 horas diarias y en España hay tatuadores muy buenos” reconoce Evelyn.

Pero más allá de los premios, la joven almeriense sigue recordando con especial cariño el primer tatuaje que hizo: “Fue a una persona muy especial. Se lo hice a mi padre. Y lo sigue teniendo, no creo que se lo borre es un tatuaje chiquitito”, recuerda. Ese fue el momento en el que “le dije que me gustaba este mundo y quería dedicarme a ello y mi familia me apoyó muchísimo”.

Ahora, con una pequeña trayectoria pero que ya está dejando huella en varias ciudades, Evelyn seguirá participando en otras convenciones. La siguiente será “en Alicante en septiembre y quizás también alguna más por España”.