La amenaza invisible que borra las estrellas: un contaminante que afecta al planeta sin que lo notes
De cara al Día Mundial del Medio Ambiente, Calar Alto impartirá una charla el próximo 5 de junio en el MuReC

La Vía Láctea vista desde el Observatorio del Calar Alto.
Durante décadas, encender una farola fue sinónimo de progreso. Iluminar calles, escaparates o carreteras era avanzar. Pero en esa expansión luminosa, silenciosa y constante, se nos escapó algo importante: que la oscuridad también es un bien que proteger.
En los últimos años, la comunidad científica y parte de la sociedad han empezado a mirar con otros ojos esa luz que nos envuelve por la noche. Lo que parecía inofensivo -la simple acción de alumbrar el entorno- se revela ahora como una forma sutil pero persistente de contaminación.
La luz artificial mal dirigida y en exceso no solo borra las estrellas del cielo; también interfiere en nuestros ritmos biológicos, afecta la biodiversidad y amenaza la labor de los observatorios astronómicos. La contaminación lumínica, hasta ahora ignorada, se perfila como un nuevo frente en la lucha por un planeta más habitable. Y así se ha encargado de señalarlo el Observatorio de Calar Alto (CAHA).

Del Calar Alto oscuro al Patio de Luces
En este contexto, el próximo miércoles 5 de junio, Almería se sumará a la campaña nacional 'Contar la contaminación lumínica de costa a costa' con una charla divulgativa enmarcada en el Día Mundial del Medio Ambiente. El evento, titulado 'Almería, tierra y cielo de contrastes, del Calar Alto oscuro al Patio de Luces', será impartido por el astrónomo Gilles Bergond, y tendrá lugar a las 18.00 horas en la antigua capilla de Santa María Magdalena, actual sede del Museo del Realismo Español Contemporáneo (MuReC).

Cartel informativo de la charla 'Almería, tierra y cielo de contrastes, del Calar Alto oscuro al Patio de Luces'.
La actividad, gratuita y abierta al público general, pretende concienciar sobre uno de los desafíos ambientales más invisibles y, sin embargo, crecientes del siglo XXI: la contaminación lumínica. "La luz artificial también es un agente contaminante, y debemos tratarla como tal, promoviendo un uso responsable y sostenible", subraya Alicia Pelegrina, coordinadora de esta iniciativa en el CSIC y responsable de calidad del cielo del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), entidad que lidera la campaña nacional junto al Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
La charla en Almería forma parte de un programa simultáneo de 21 charlas en 19 ciudades españolas, impartidas por astrónomos profesionales y expertos en divulgación, con el objetivo de acercar esta problemática a la ciudadanía desde una perspectiva científica, pedagógica y accesible. Según Aureliano Ávila, uno de los impulsores de la iniciativa, "el cielo es un bien inmaterial que pertenece a toda la ciudadanía, y nos lo están arrebatando poco a poco".
Desde lo alto de la Sierra de los Filabres, el Observatorio de Calar Alto es uno de los grandes afectados por la expansión de la luz artificial mal dirigida. El propio título de la charla, que contrapone la oscuridad científica del observatorio con el exceso lumínico del entorno urbano, busca provocar una reflexión sobre los contrastes que coexisten en nuestra provincia.
Blindados contra la contaminación lumínica
La charla de Gilles Bergond coincide con un momento clave a nivel legislativo. La Junta de Andalucía aprobó recientemente el nuevo reglamento de protección frente a la contaminación lumínica, una norma pionera que sitúa a la comunidad como referente nacional en esta materia. El decreto, además de fomentar la eficiencia energética, protege de forma activa el cielo nocturno andaluz.
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Entre las medidas más relevantes, se incluye la declaración del observatorio de Calar Alto y el de Sierra Nevada como zonas de máxima protección lumínica, lo que afecta directamente a decenas de municipios almerienses, entre ellos Abla, Gérgal, Macael, Laujar, Serón, Sorbas, Viator o Tabernas, además de la capital. Estas localidades deberán ajustar sus niveles de iluminación, fijar horarios de reducción de intensidad y adaptar su alumbrado exterior a criterios científicos y sostenibles.

Además, se establece la obligación de zonificación luminosa municipal, un procedimiento que permitirá adaptar la regulación a las características de cada núcleo urbano. Esta clasificación deberá ser completada por los ayuntamientos en un plazo de dos años, con implicaciones no solo para las administraciones, sino también para empresas y particulares.
Un reto común con mirada al cielo
En este contexto, la labor de Calar Alto trasciende la astronomía para convertirse en un actor clave en la protección del entorno. Como destaca Alicia Pelegrina, "la solución a este problema no depende solo de la tecnología o del conocimiento científico -que ya tenemos-, sino de un cambio cultural en nuestra percepción de la luz artificial".
La charla del 5 de junio en el MuReC no solo propone una reflexión, sino una llamada a la acción. Almería, tierra de contrastes entre luz y sombra, se suma así a una red nacional que mira al cielo con responsabilidad y compromiso. Porque el firmamento estrellado no es un lujo del pasado: es un derecho del presente que merece ser preservado.