David Bisbal no solo es una de las voces más reconocidas de la música española, sino también uno de los mayores embajadores de su tierra natal. Siempre que tiene ocasión, menciona a Almería con orgullo y cariño, ya sea en entrevistas, conciertos o en sus publicaciones en redes sociales. 

La conexión del artista con su provincia va más allá del recuerdo: cada año, cuando su agenda lo permite, regresa a sus raíces para descansar junto a su familia y disfrutar de los rincones más especiales de su tierra.

En uno de esos regresos, Bisbal compartió su entusiasmo por un lugar muy particular de la provincia. Se trata de una localidad histórica en el norte de Almería, un municipio poco transitado por el turismo convencional, pero que enamora a quienes lo descubren. 

En palabras del propio cantante, fue “un placer recorrer sus calles llenas de pureza, conocer a su gente y contemplar su imponente castillo”. Es, según confesó, uno de los grandes desconocidos de la provincia.

Vélez-Blanco, "con un imponente castillo"

Situada en pleno Parque Natural de la Sierra de María-Los Vélez, Vélez-Blanco cuenta con apenas 2.000 habitantes y un valioso patrimonio natural e histórico. Su entorno es conocido por albergar algunos de los yacimientos prehistóricos más importantes del sureste peninsular, como la cueva de Ambrosio o la cueva de los Letreros y la figura del Indalo, símbolo por excelencia de Almería.

Pasear por su casco antiguo es viajar al pasado. Declarado conjunto histórico-artístico en 2002, conserva casas señoriales con escudos en las fachadas, calles empedradas y una estructura urbana heredada de la época andalusí. 

En lo alto, el castillo renacentista domina el paisaje, recordando épocas de esplendor, aunque para ver su interior —originalmente decorado con yeserías y artesonados— hay que volar hasta Nueva York.

Otros puntos de interés son la Iglesia de Santiago Apóstol, construida en el siglo XVI en estilo gótico tardío con elementos renacentistas, y el antiguo convento franciscano de San Luis, hoy reconvertido en centro cultural. 

Este rincón del norte de la provincia demuestra que no hacen falta multitudes ni grandes campañas para conquistar corazones. A veces, basta con que alguien lo muestre con sinceridad para que otros quieran descubrirlo.