“La conferencia de hoy se me ocurrió porque estaba reflexionando sobre la situación de los jóvenes en Almería y el objetivo de la misma es dar coraje a estos jóvenes para que integren tanto la cultura africana como la española”. Así de claro fue José Tambá, uno de los promotores de las jornadas celebradas ayer en la biblioteca municipal de Roquetas de Mar y que hablaron sobre integración cultural, relaciones de inmigrantes y superación de barreras.
El primero en tomar la palabra fue el alcalde del municipio y presidente de la Diputación de Almería, Gabriel Amat. “Quería tener la oportunidad de compartir con vosotros unos minutos y deciros que desde el equipo de gobierno hemos tenido un objetivo: que el municipio de Roquetas sea uno de los más importantes de Andalucía en cuanto a la convivencia e integración”.

Cercano y emotivo
Amat se mostró cercano y emotivo con aquellos que asistieron a las jornadas. “Aquella persona que ha decidido venir libremente a vivir a nuestro municipio, los recibimos con los brazos abiertos. Como en otras ocasiones, y ahora también, muchos españoles salen de España a buscar estabilidad en otros sitio. El mundo es libre y no debe haber fronteras. Aquí nadie se siente extraño. Yo no nací en Roquetas, vine cuando el municipio tan solo tenía 3.500 habitantes y ahora, con el esfuerzo de todos, es una gran ciudad. Esperamos trabajar para que todos tengamos lo que tenemos derecho a tener: un trabajo”.
Tras él, hablaron representantes de Cruz Roja, del Banco de Alimentos y de la Asociación Posidonia. Hana Elmansouri, de Cruz Roja Roquetas, explicaba a LA VOZ que “Vamos a hablar un poco sobre las circunstancias de la población inmigrante, específicamente de los jóvenes, a intentar visualizar tanto al joven que ha venido solo, con su propio proyecto inmigratorio, como también aquellos inmigrantes que dejan de serlo en ese proceso de integración. Son una población más, uno más dentro de la localidad roquetera que es la riqueza de este municipio, de estos nuevos ciudadanos con otros nombres, con otras culturas que generan esta riqueza”.
Por su parte, Manuel González, vicepresidente del Banco de Alimentos, explicó el origen de estas entidades sociales. “Todo comenzó en el estado de Illinois (USA) en los años 50. El crecimientos, desde entonces, ha sido espectacular. A finales de los 70 se fundo el primer Banco de Alimentos europeo en París. En el año 93 fue el español, en Barcelona. Y en el 99 el de Almería”.
González explicó el funcionamiento del Banco de Alimentos, las fuentes del mismo y los problemas que se plantean para el futuro. “Nuestra tarea es dar alimentos a los más necesitados de nuestra provincia”, puntualizaba. Además, destacó que el mayor problema al que se enfrentan es la logística y que, con un presupuesto de tan solo 65.000 euros, reparten comida en toda la provincia. “Es un milagro, pero al final lo conseguimos”, finaliza.