El acoso al que se vio sometida la princesa Victoria de Suecia y su familia les obligó a adelantar su fecha de regreso para librarse de la persecución. Ese hecho ha dejado un poso de malestar entre los alcaldes de la zona del Levante almeriense y entre los empresarios del sector, que consideran que se ha producido un grave perjuicio para un modelo turístico como el almeriense, basado en la tranquilidad y en un cierto ‘anonimato’ que atrae a personajes famosos.
El caso de la princesa sueca ha llevado a una reflexión sobre el papel de los ‘paparazzi’ que persiguen a los personajes más populares y hay consenso a la hora de rechazar su presencia en las costas almerienses donde, en so sucesivo, srán considerados personas ‘non gratas’ por el perjuicio económico que acarrean.
El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Levante Almeriense, y alcalde de Huércal Overa, Domingo Fernández, afirma que muchos famosos han elegido en los últimos años la costa de Almería para pasar unos días de vacaciones “porque aquí encuentran esa dosis de tanquilidad, incluso de anonimato, que suelen buscar. Eso es un orgullo para nosotros y una oportunidad de negocio también”. Por eso indica que los ‘paparazzi’ son “un peligro para Almería”.
Antonio Jesús Rodríguez, alcalde de Níjar, comparte análisis y afirma que “hemos de procurar mantener esa tranquilidad que tenemos porque es una de las razones por las que nos vistan los personajes famosos”. Defiende la libertad de prensa, pero advierte que el acoso de los paparazzi “puede llegar a extremos vomitivos que, además, perjudican seriamente a nuestro turismo”. Y como ejemplo señala que la princesa sueca estuvo el año pasado en Marbella “y no pudo ni pisar la calle por ese acoso, por eso eligió este año Almería, para disfrutar de esa sensación de anonimato”.
Salvador Hernández, alcalde de Carboneras, dice que el acoso desmesurado de la prensa rosa “afecta muy negativamente a este tipo de visitantes que buscan la privacidad, el descanso fuera de sus ajetreos habituales. Lo ocurrido estos días con la princesa es una my mala noticia porque ya no volverá y porque posiblemente haga que otros se lo piensen”.
Todos coinciden en que el problema no radica en los almerienses “que durante décadas han recibido en sus pueblos a famosos, desde los tiempos del cine, y no interfieren en su descanso, por eso se sienten tan bien entre nosotros; si perdemos eso, habremos perdido a esos visitantes”.
Los empresarios hoteleros o de servicios turísticos no tienen dudas: los paparazzi son una lacra para una provincia que vende tranquilidad y anonimato.