Seguramente nuestro lector habrá visto antes la fotografía y se habrá preguntado quiénes son y el porqué visten así. Voy a hacer lo que más me gusta, enriquecer las fotografías con textos, datos, fechas y personajes: estamos en la Feria y Fiestas de Adra de 1910. Es el día grande a San Nicolás de Tolentino.

Los pueblos querían ilustrarse y sabían hacerlo. El noble pueblo de Adra, cuya serena playa lo dominaba como un amplio anfiteatro, daba un paso agigantado hacia el progreso.

Era el primer pueblo de nuestra provincia que unido todo y como si pensara a la vez, en la necesidad obligatoria que todo pueblo culto debe contraer para el bien de sus hijos, organizaba y celebraba con brillantez inusitada, el más puro y elevado festejo, el que con mas predilección se hacían en las capitales donde la cultura tiene su principal asiento. El periódico 'Crónica Meridional de Almería' y el Diario Republicano 'El Radical', se hacen eco de la noticia. A las 21:00 horas de la noche se celebraron los juegos florales, esplendoroso espectáculo. El precioso chalet que el Círculo Mercantil tenía instalado cerca del mar, se había de antemano arreglado artísticamente los salones, levantándose majestuoso trono.

Los Juegos Florales, era un festejo de un conjunto de joyas, tanto literarias coma de bellezas femeninas, y era puesto en práctica, con gran gusto y delicadeza, siendo uno de los festejos más sobresalientes y que más llamaban la atención del programa.

El poeta premiado señor López Sáez, de Valladolid, eligió como reina de la fiesta a la señorita Anita Medina, quien por sus encantos y belleza considerable, ocupó con sobrado merecimiento tan elevado y augusto sitio, y por la junta fueron elegidas damas de honor las encantadoras beldades, compuesta de las angelicales Anita Glaria Meiro, Araceli Benet Damata, Julita Navarro Salcedo y Angelita Esteban López, y de los preciosos pajecillos Anita Cuenca Sierra y Elisita Soler Salmerón, que resultaron incomparables y formaron una corte, que brillaba esplendorosamente; era la corte que avasalla los corazones de los presentes, haciéndoles caer rendidos de amor y de risueñas esperanzas.

Anita Medina, la reina, era hija D. José Medina Tovar, ex alcaide de esta población y una de las personalidades más distinguidas de la misma, y que se hallaba prestando asistencia y valer al acto, ostentando sobre su pecho la Cruz de la Orden civil de Beneficencia de 2ª clase que le acreditaba de oficial académico de Instrucción pública y Bellas Artes de París, y del que se encontraba en posesión legítima por méritos personales.

Anita Medina, majestuosa y arrebatadora fue una de esas reinas que por sus propios prestigios, imponía la necesidad de su imperio como el de la más sugestiva dinastía en la memorable noche de su coronación.

El mantenedor de la fiesta, D. Juan Pérez Ibarra, de Berja, hizo una hermosa disertación, que versó sobre el tema de estas cultas fiestas del 'Gai saber', que lo llamaron los provenzales, haciendo consideración sobre su origen é influencia que ha ejercido como educadora del sentimiento y elevadora del alma. Su discurso que fue muy acertado, dejó satisfecha las aspiraciones de los que concurrían, que le premiaron con merecidos aplausos.

La Junta organizadora, que merece justas alabanzas la componían los señores D. Antonio Soler, (alcalde), D. José Medina (vicecónsul de Francia), D. Antonio Cuenca y D. Antonio Soler Bayona.

Al acto asistieron la infinidad de mujeres hermosas con que contaba el pueblo: además asistieron la familia de don Antonio Soler (alcalde), de D. José Medina, de D. Antonio Soler Bayona, de D. Antonio Cuenca, de D. Manuel Godoy, de don Ciriaco Esteban con su bellísima sobrina, de D. Arturo Utrera (diputado provincial), de doña Esperanza Salcedo y los señores D. Rafael Joya, D. Francisco A. Soler Soler, D. Ciriaco Esteban, D. Agustín Melero, don D. José Medina, D. José Glaría, D. Julio Gallardo, D. José María Villalobos, D. E. Sánchez, D. José Montes, D. Luis Navarrete, D. Juan Pérez, D. Arturo Utrera Cuenca, D. Juan Hidalgo y D. Julio del Rey, y muchísimos más.

Después de terminados los Juegos Florales se celebró una elegante “soirée” en el pabellón del Círculo Mercantil donde tuvieron lugar los Juegos Florales, y en donde se reunió toda la alta aristocracia del pueblo, sirviéndose después un gran “lunch”, donde hubo derroche de entusiasmo y alegría.

La banda de música de Cádiar y la particular del pueblo, amenizaron la fiesta, con delicadas y escogidas composiciones. Así concluyeron los festejos con la traca Valenciana, que se disparó a los acordes de la música.